Lotina: “No puedo cambiar la filosofía del Villarreal”

En el fútbol hay negocios que se eternizan o, por el contrario, suceden de manera vertiginosa. Tres minutos le sobraron al Villarreal ante el Levante en la mañana de ayer en Ciutat de València. En el descuento, el equipo amarillo recibió un gol que le derrotaba y cuya consecuencia mayor fue la destitución de José Francisco Molina tras 11 jornadas al frente del equipo. Fernando Roig y su íntimo círculo de confianza, reducido a su hijo, Fernando Roig Negueroles, consejero delegado, y José Manuel Llaneza, vicepresidente, se pusieron rápidamente manos a la obra para buscar un entrenador de urgencia que saque al Villarreal de la situación en que se encuentra, a tres puntos de los puestos de descenso. Ya en la madrugada, el club castellonense confirmó que Miguel Ángel Lotina será el entrenador amarillo hasta el final de la temporada. Este miércoles debutará contra el Madrid. “Aunque la situación no es cómoda, el reto es ilusionante en un club muy importante”, dijo el técnico en su presentación en sociedad.

Los problemas del Villarreal han hecho de nuevo un hueco en los banquillos a Lotina (Meñaca, Vizcaya; 1957). Hasta la fecha, su último servicio como entrenador lo concluyó en mayo pasado en Riazor. El Valencia derrotaba al Deportivo (0-2) y el conjunto gallego, tras 20 temporadas consecutivas en Primera, descendía a Segunda. "Cuando llevas tantos años entrenando, tienes aspectos positivos y negativos en tu historial", resumió. Cuatro temporadas estuvo Lotina en A Coruña. En el currículo del técnico también se encuentra el borrón del descenso de la Real Sociedad en el curso 2006-2007. Entre sus éxitos, sin embargo, se encuentra el haber llevado al Numancia (1998-1999) y Osasuna (1999-2000) a Primera y al Celta a la Champions (2003-2004). Con el Espanyol (2005-2006) Lotina vivió dos glorias distintas: salvó al equipo catalán del descenso en el último minuto de la Liga y conquistó la Copa del Rey (2006).

Lotina llega a El Madrigal como solución de urgencia y como segundo plato. El Villarreal contactó primero con Luis Aragonés. Las pretensiones económicas del exseleccionador chocaron con las posibilidades reales de un club que intenta estar al día en el pago de sus obligaciones.

El vizcaíno es un segundo plato: el club contactó antes a Aragonés

"Yo no puedo cambiar la filosofía de ocho o 10 años", avisó el nuevo entrenador. "Eso no quiere decir que no introduzcamos aspectos defensivos, pero al equipo, con Borja Valero, Senna o Bruno, no puedo pedirle que no juegue al fútbol", añadió Lotina, que comenzó su primer día de trabajo con una charla en grupo y luego individualizada con Senna y Valero. "Hemos hablado para ver qué sienten y, sobre todo, qué problemas tienen". El técnico pretende que el equipo "tenga seguridad para que aparezca el talento".

Lotina sustituye a Molina, que llegó al primer equipo amarillo 11 jornadas atrás sustituyendo a Juan Carlos Garrido. Sin embargo, un punto en los últimos cinco encuentros disputados, han aconsejado a Fernando Roig prescindir del entrenador, ascendido del filial y cuyo bagaje como técnico del primer equipo en los tres meses en la dirección se resumen en tres victorias, tres empates y cinco derrotas, que dejan al Villarreal en el 17º puesto, a las puertas del descenso con 27 puntos, tres por encima del Sporting y a la espera de lo que ocurra hoy en Cornellà entre el Espanyol y el Racing.

Tras el despido del exmeta y antes de Garrido, llega un técnico de corte defensivo

Molina no pudo esconder los males del conjunto amarillo, fraguados desde antes de iniciarse la temporada. “Hemos perdido un dedo sin Cazorla”, llegó a decir Marcos Senna, el capitán del conjunto castellonense, que, a sus 35 años, sigue siendo el referente en el centro del campo del Villarreal, tras la venta de Cazorla al Málaga por 19 millones de euros. “Ha sido una pretemporada extraña. No sabíamos a quién se iba a vender”, redundó Borja Valero. Lo recaudado con el traspaso de Cazorla, 17 millones, se invirtió en los fichajes de Camuñas (2’5), Zapata (7) y De Guzmán (8). Este último, llamado a sustituir a Cazorla, apenas ha contado para Molina, que solo lo ha utilizado en 45 minutos en sus 11 partidos en el banquillo de El Madrigal. En las últimas dos jornadas ni siquiera ha sido convocado.

La ausencia de Cazorla, las lesiones que asolaron al Villarreal en el inicio de curso, la más grave de Giuseppe Rossi, con rotura de ligamento de su rodilla derecha, y la nefasta participación en la Liga de Campeones con seis derrotas en otros tantos encuentros, mermaron la confianza de un equipo que dejó de ser fiable. A Garrido le costó el puesto. Y a Molina, su sustituto, también. Una semana atrás, el vicepresidente del club castellonense, José Manuel Llaneza, dijo que no era el momento de buscar culpables, sino soluciones. A falta de 11 jornadas, y con el agua al cuello, al Villarreal le ha tocado de nuevo rectificar. Lotina es el tercer entrenador de la temporada y el encargado final de que el equipo castellonense continúe en Primera.