El Estudiantes y Pepu se dejan de romanticismos

Pepu Hernández y el Estudiantes se divorciaron de mutuo acuerdo en la tarde de ayer tras retomar su romance hace siete meses.

“La situación es muy complicada y peligrosa. Espero que todos nos demos cuenta. El equipo necesita un cambio de cara y actitud”. Las palabras del que fuera seleccionador español hace 10 días, tras caer en el Palacio de los Deportes ante el Joventut, sonaron a despedida. El Estudiantes había entrado en barrena y deambulaba por la zona baja de la tabla. Una semana y otra derrota después, Pepu, de conformidad con el club, rescindió su contrato. El traspié del pasado domingo en la cancha del Lagun Aro (103-81) hundió al equipo en los puestos de descenso y aceleró la salida del técnico madrileño. Su sustituto será momentáneamente su asistente, Alberto Lorenzo.

El pasado verano, el club del Ramiro de Maeztu, en concurso de acreedores desde 2010 y sin dinero para dispendios, realizó una apuesta en busca de la identidad perdida y recurrió a dos de sus símbolos recientes más reconocibles. Pepu y Carlos Jiménez y se convirtieron en la imagen de un prometedor proyecto al que meses después se sumó Rodrigo de la Fuente.

El preparador ya había presentado su dimisión en diciembre, pero no fue aceptada

“Queremos volver a ser un equipo de patio de colegio, en el mejor sentido”, dijo Pepu en su presentación. Pero la fórmula no ha resultado. El bajo rendimiento de Flores y Wright, dos de los extranjeros llamados a marcar diferencias, y la endeblez de una plantilla que apenas alcanza los 25 años de edad media instalaron al equipo en la inestabilidad. “Era un proyecto de riesgo con muchos jóvenes y varios debutantes y no ha salido como esperábamos”, reconoce el director general del club, José Asensio.

Los últimos días de diciembre del año pasado, cuando los malos resultados ya acuciaban al conjunto y con apenas la victoria sobre el Madrid como única alegría que llevarse a la boca, Pepu presentó su dimisión. Entonces, la directiva, confiada en un cambio de rumbo, le convenció de que siguiera a los mandos. Pero ayer se dejó de romanticismos. “Había que reaccionar ahora que quedan 12 jornadas”, apunta Asensio.

Los fichajes contrarreloj de Tariq Kirksay y Willie Deane hace apenas cinco días no han sido un remedio instantáneo. El Estudiantes encadenaba su séptima derrota consecutiva en la Liga en San Sebastián igualando su peor balance: seis victorias y 16 derrotas. Los mismos números que en la temporada 2007-2008, cuando coqueteó con el descenso hasta la última jornada. Incapaz de ganar fuera de casa desde el 27 de febrero de 2011, intenta ahora frenar la cuesta abajo. “Estoy convencido de que saldremos de esta. Luchando, como siempre”, cierra Asensio. “El Estudiantes agradece a Pepu Hernández que haya vuelto a anteponer el bien del club a sus intereses personales”, resumía el comunicado que anunciaba la marcha del entrenador.