Navas le da la razón a Míchel
El Sevilla recupera la pelota y supera a un Valencia sin centro del campo (1-2)
Decidido a parecerse cada vez más a su entrenador, el Sevilla recuperó la pelota y remontó en Mestalla a partir del control indiscutible sobre ella. La amasó Kanouté, casi siempre con el pecho y de espaldas a la portería, y la fue repartiendo para entrar por las bandas. Primero amenazó Reyes por la izquierda y después entró por la derecha el verdadero hombre de acción: Navas. Del Bosque volvió a acordarse de él y el extremo sevillano se lo agradeció siendo otra vez el jugador determinante que solía: en los centros, en los remates, en la salida siempre dispuesta para alargar al equipo. Sirvió el primer tanto de Medel y remató el segundo en un pase muy inteligente de Kanouté. El Valencia se hundió tras una primera media hora esperanzadora. Perdió el centro del campo y ya nunca más se supo de él. Se disolvieron Albelda y Tino Costa y el entrenador no se atrevió a meterle mano a un problema estructural. Todo fueron pelotazos y carreras a ninguna parte. Mestalla se irritó con el desvarío de sus jugadores y se marchó a casa pensando que, dada la tendencia a la baja del conjunto de Emery, va a ser difícil mantener el tercer puesto.
Valencia, 1 - Sevilla, 2
Valencia: Guaita; Bruno (Barragán, 71), Rami, Víctor Ruiz, Mathieu (Pablo, m. 76); Feghouli, Albelda, Tino Costa, Jordi Alba; Jonas (Aduriz, m. 62); y Soldado. No utilizados: Diego Alves, Topal, Piatti y Parejo.
Sevilla: Palop; Coke, Spahic, Escudé, Navarro; Navas, Medel, Rakitic (Trochowski, m. 88), Reyes (Manu del Moral, m. 60); Kanouté y Negredo (Baba, m. 73). No utilizados: Javi Varas, Campaña, Luna y Cala.
Goles: 1-0. M. 25. Tino Costa, en un zurdazo desde fuera del área. 1-1. M. 36. Medel cabecea picado un centro de Navas. 1-2. M. 70. Navas marca a puerta vacía un pase de Kanouté.
Árbitro: Teixeira Vitienes. Amonestó a Albelda, Bruno, Aduriz, Navarro, Medel.
Unos 45.000 espectadores en Mestalla.
El Sevilla necesitó el puyazo del gol en contra para crecer. Adelantó una veintena de metros la presión y acabó por apoderarse del partido. Se desplegó a velocidad de vértigo. Y recurrió a su extremo derecho, un valor seguro, para definir. Navas venía manteniendo un duelo precioso con Mathieu, saludado efusivamente por Mestalla cuando el francés lograba imponerse. No siempre. El centro templado de Navas al segundo palo lo cabeceó en plancha y a bote pronto Medel, que venía lanzado. Un gol de pura raza del mediocentro chileno, en quien Míchel ha encontrado inesperadamente un goleador. El cabezazo de Medel pilló a contrapié a Guaita. Premio para un Sevilla siempre dispuesto a sacar el balón jugado desde atrás, aunque no lo consiguiera en la primera media hora.
Lo impidió el Valencia en el arranque, percutiendo con frecuencia por su flanco derecho, en una sintonía nunca vista entre Bruno y Feghouli, superando a menudo a Fernando Navarro. De ahí nació el gol de Tino Costa, un ejercicio de paciencia. Bruno, Feghouli, Jonas y Jordi Alba buscaban a alguien con el cuerpo perfilado para disparar. Hasta encontrar en la frontal del área al más indicado: Tino Costa armó la zurda y enganchó ligeramente con el empeine exterior la pelota. Esta salió disparada y abriéndose progresivamente hasta entrar junto al poste derecho de Palop. El meta valenciano, otra vez en Mestalla, otra vez titular, estuvo impecable.
Lejos de facilitarle las cosas, el tanto local sembró de dudas al conjunto de Emery, que empezó a llegar tarde en la presión mientras el técnico vasco mandaba calentar a Topal. Era un aviso para Albelda, lastrado desde el minuto cuatro por una tarjeta amarilla tras una falta a Reyes. Topal, sin embargo, se quedó calentando. El Valencia estaba mal parado en la medular y Emery carburaba sobre cómo resolver el conflicto. No lo logró.
Cada vez más fuerte el Sevilla, Míchel entendió que era el momento de dar el golpe definitivo. Entró Manu del Moral por un cansado Reyes, que acababa de topar en el uno contra uno con la mano derecha de Guaita. Se trataba de aprovechar la lentitud extrema de la zaga valencianista. El Valencia tenía un agujero en su corazón, evaporada su medular, pero Emery solo sustituyó a un atacante, Jonas, por otro: Aduriz, propiciando un fútbol más directo todavía.
El Sevilla solo tenía que esperar su momento, por más que Negredo sufriera una tirón en los isquiotibiales que ponen en duda su participación en el próximo partido de España. Con todo el tiempo para lanzar las contras, Rakitic centró raso hacia la llegada de Kanouté, este esperó la indecisión de Guaita y abrió a su derecha. Navas, completamente solo, confirmó la superioridad sevillista. El Sevilla vuelve a sentirse a gusto con la pelota y Navas ha vuelto a ser ese extremo imparable que fue.
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