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Del sofá de su hermano a la gloria

Jeremy Lin, base de los Knicks de Nueva York de origen taiwanés, suma más de 25 puntos y ocho asistencias de media en los seis últimos partidos

De los cientos de historias de la NBA esta es probable que rápidamente acabe siendo adaptada para un guion cinematográfico en Hollywood. Jeremy Lin es el protagonista. Y hasta el responsable de prensa de la Casa Blanca, Jay Carney, ha confirmado que el presidente Barack Obama, aficionado a un deporte que practicó hace algunos años, "está impresionado y al día de las historias que se publican". Lo más asombroso es que este jugador, nacido hace 23 años en Palo Alto (California), hijo de unos emigrantes de Taiwan y [1]licenciado en económicas por la Universidad de Harvard, hace apenas 12 días dormía en el sofá del apartamento de su hermano en Nueva York, en el anonimato. Sí, ya era jugador de la NBA desde hacía poco más de una temporada. Pero entró por la puerta de servicio porque no fue drafteado ?los equipos eligen a las mejores promesas poco antes de cada verano? y apenas jugó ni en su primer año con Golden State ni tampoco en los primeros meses de este curso con los Knicks de Nueva York. Estaba acostumbrado a buscarse la vida, desde muy joven. Tras licenciarse en Harvard, participó en pruebas para ocho equipos y solo Golden State le ofreció un contrato. "Todo el mundo se centra en mi origen asiático o en mi religión", cuenta Lin, inmerso en la tremenda vorágine mediática que ha suscitado su explosión deportiva, "para mí lo más importante es que soy un jugador de baloncesto".

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Base de 1,91 metros, Lin era un jugador marginal, el peor pagado de toda la plantilla de los Knicks, con un [/1][1]contrato no garantizado hasta esta misma semana, de algo más de medio millón de euros. Por eso, por si los Knicks finalmente prescindían de él, decidió vivir con su hermano, Josh, estudiante en la Universidad de Nueva York. Había estado jugando en la Liga de Desarrollo, una especie de segunda división de la NBA. Hasta que D'Antoni, desesperado por la crisis de resultados y la escasez de jugadores dado que otro base experimentado, Baron Davis, recayó de una lesión, decidió repescarlo. Entonces empezó la volcánica explosión de un jugador que suma más de 25 puntos y ocho asistencias de media en los seis últimos partidos. Además de dirigir con soltura a su equipo, se ha prodigado en las penetraciones a canasta y se ha mostrado eficaz en el tiro, incluso en los triples. El último, a falta de nueve décimas para el final, sirvió para darle la victoria a los Knicks en su partido en Toronto (87-90), ante los Raptors de Calderón, que en esa jugada no logró reaccionar lo suficientemente rápido para defenderle. Esos seis partidos los han ganado los Knicks, casi todos, además, sin el concurso de sus dos figuras, Carmelo Anthony, lesionado, y Amare Stoudemire, que reapareció en Toronto tras perderse varios encuentros debido a la muerte de su hermano en un accidente de tráfico.

Las historias sobre Lin empiezan y no acaban. Se habla sobre su intenso trabajo en julio, durante el cierre patronal, cuando viajó con sus padres a la provincia china de Guangdong, donde se entrenó con los Dongguan Leopards. Confesó a uno de sus compañeros de entonces que no se atrevía a efectuar más de dos tiros si fallaba uno. Ese mismo compañero le invitó a que lanzara miles de tiros en los entrenamientos y que en los partidos no dejara de tirar. Así lo hizo cuando contabilizó hasta 38 puntos en la victoria de los Knicks ante los Lakers.

Stoudemire le compara, por algunas características de su juego, con su excompañero en Phoenix, Steve Nash: "Sabe buscar y encontrar a los compañeros mejor situados en la cancha, es generoso, estudia las defensas de los rivales y sabe la mejor manera de superarlas. Es lo que uno quiere de un base, un tipo que facilite las jugadas y mantenga a todos involucrados en el juego. Era de lo que estábamos hablando todo el año, y finalmente ha sucedido".

Lin protege la pelota ante Calderón
Lin protege la pelota ante CalderónWARREN TODA (EFE)

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