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Análisis:
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Una certeza y dos dudas

Escaldado en la Copa, Osasuna se tomó cumplida revancha del Barcelona en la Liga. A los navarros les dolió que los azulgrana se enredaran en la ida con la hierba y el dolor de panza de Messi, cuya intervención resultó decisiva para convertir en anécdota la vuelta. Las mismas circunstancias que entonces jugaron en su contra, ayer estuvieron de parte del equipo de Mendilibar. El partido fue especialmente desagradable para el Barça por el frío, el viento, el campo y por su manifiesta incapacidad para interpretar el juego. Equipo aseado y muy señor, no dio pie con bola en el cuadrilátero del Reyno de Navarro. Acostumbrado a la bonanza, ha perdido épica y, por tanto, le cuesta jugar al límite, remontar partidos, perseguir al Real Madrid.

La clasificación exigía una atención máxima y el partido demandaba una intensidad, agresividad y competitividad especiales por el escenario y el rival. Y, sin embargo, los azulgrana no se enteraron hasta el descanso. Tiraron medio partido a la basura y cuando se corrigieron el encuentro ya no tenía remedio, por las disfunciones propias y por la determinación con la que se aplicó Osasuna, poderoso y efectivo en las áreas, siempre dispuesto a poner un gol más que su rival en el marcador.

A fin de cuentas, el partido fue un resumen de la temporada del Barça en la Liga: le ha costado entrar en faena cada vez que ha viajado. Ocurrió en San Sebastián, Valencia, Bilbao, Cornellà, Vila-real, Getafe y Pamplona. Así que no se trata de una cuestión coyuntural, sino más bien estructural, por más que la segunda derrota del campeonato pueda significar el punto final a sus aspiraciones de revalidar el título.

No formó el Barça con el mejor equipo posible en un día sin margen de error, y seguramente reservar a Iniesta, Fàbregas y Xavi, cuando no podía jugar por lesión Busquets, se puede considerar una temeridad, sobre todo si se tiene en cuenta la capacidad goleadora de la segunda línea (25) y la facilidad de los volantes para combinar con Messi. Ocurre que las concesiones fueron más defensivas y ofensivas que de los centrocampistas, y tanto en la zaga como en ataque se juntaron los titulares.

Muy tierno, el equipo se partió, no supo presionar arriba y se equivocó cuando trató de salir con el balón jugado desde su cancha, circunstancia que le llevó a acumular hasta 33 pérdidas en el descanso. Apenas tuvo posesión de balón, no se impuso en una sola jugada dividida, no acabó las jugadas y se alejó demasiado del marco navarro. No mezclaron bien en la divisoria Thiago, Mascherano y Sergio Roberto, el mismo trío que funcionó en la vuelta de la Copa, y, por tanto, tienen su cuota de responsabilidad. No son, sin embargo, los culpables de la derrota si se atiende a la reacción que tuvo el equipo con la entrada de Tello y Cuenca y se recuerda las jugadas de los goles encajados y también los no marcados, especialmente comprometedoras para los centrales y para el falso nueve.

La respuesta de los jóvenes fue mejor que la de varios veteranos. El plan B enmendó el A. El problema es que ya no se ganan partidos solo con Valdés y Messi. El portero, fallón en el 3-1, no encajaba tres tantos desde la visita al Inter de Mou -median 80 encuentros- y Messi (37 goles) no encuentra la portería fuera del Camp Nou. Y es ahí donde nacen las dudas de Guardiola en las alineaciones y respecto a su renovación. Tiene una fe ciega en los noveles y, en cambio, a veces le cuesta motivar a los más expertos. Aseguró Piqué que la Liga se le haría larga al Madrid sin reparar que una derrota como la de ayer la hace prácticamente imposible para el Barcelona.

Cesc lamenta una ocasión fallada.
Cesc lamenta una ocasión fallada.VILLAR LÓPEZ (EFE)

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