"Estos futbolistas juegan para ponerse retos"

Nadie es perfecto. Bien lo sabía Billy Wilder y también lo sabe Pep Guardiola, que no acostumbra a dejarse endulzar los oídos demasiado. El lunes vio desde la distancia cómo se le concedía a su equipo el Premio Laureus por un fútbol de perfección, acompañado, además, de muchos títulos, 12 de 16 posibles. Él quiere recuperar las esencias: "Hoy hemos competido como nunca". Apenas hubo elogios para el rival porque el desgaste y el fútbol de sus jugadores ya le tenían lo suficientemente ocupado: "Hemos tenido el control excepto durante los primeros minutos de cada parte, en los que el Valencia sale a apretar. Pero a partir del minuto 10 de cada tiempo hemos cogido el partido y ya no lo hemos soltado".

Desde la llegada de Guardiola al banquillo, el Barcelona solo ha perdido dos eliminatorias a doble partido, contra el Sevilla en la Copa y contra el Inter en la Champions. En otra fría noche en el Camp Nou, el Barça, más fino, con más balón, más toque y más autoridad, ganó al Valencia y logró así plantarse en la tercera final de la Copa en los últimos cuatro años. "Cuando alguna vez tengáis la tentación de dudar de alguno de estos jugadores, contad hasta cinco y pensad en esto, porque tiene mucho mérito. Además, este año ya hemos ganado tres títulos y podemos ganar el cuarto", declaró.

Opina el técnico que a sus futbolistas no se les acaban las ganas de competir: "Estos jugadores juegan para ponerse retos". Y que pese a todos esos éxitos logrados, es casi necesario, después de haber ganado tanto, que el Barça esté por debajo del Madrid en la clasificación de la Liga: "Eso es lo normal, no que estemos siempre delante. No se puede estar siempre tan fino, es casi necesario que pierdas finales. Jugamos para ponernos a prueba". Tuvo elogios para Xavi ("es único, no lo superará nadie"), para Puyol ("cuando lo conocí ya se comía al rival y hasta a nosotros. Es un ejemplo. Ha mejorado en el aspecto técnico. Vive para el fútbol"), para Pinto ("ha estado impecable, ha vuelto a llevarnos a la final") y para Thiago ("tiene una fortaleza física... Y no sé de dónde ha sacado el atrevimiento").

A lo que no quiso responder, otro día más, fue a la ya habitual pregunta sobre su renovación. "¿Le han pedido sus jugadores que firme?". "No, no se han atrevido", respondió. Más dicharachero estuvo Xavi: "El vestuario no duda que Guardiola renovará. Él no da muchas pistas, pero es más culé que el palo de la bandera". "El mister es el que tira del carro y el que cada día nos exige para mantener la competitividad", señalaba Cesc, más tranquilo que excitado por la clasificación para la final: "Ya estamos pensando en Pamplona, hará mucho frío". Él, afirma, tuvo la suerte de jugar la final de Copa con el Arsenal, "y es algo muy especial", de modo que ansía enfrentarse al Atheltic, "un equipazo". "A mí me han contado que la final de Copa es muy especial y me hace mucha ilusión vivirla. No importa si juego o no infiltrado, me vendan y punto", dijo Alexis. Isaac Cuenca, titular y tan cerca de una final, no daba crédito: "En mi casa flipan".

Por otra parte, Unai Emery se declaraba orgulloso de sus jugadores, a pesar de que fueron incapaces de ejecutar su plan ("queríamos el balón, pero no lo hemos tenido, y en la construcción del fútbol les hemos concedido ocasiones, algo que tampoco queríamos") y a pesar de que no generaron las suficientes ocasiones de gol ni tuvieron el acierto necesario cerca del área. No culpó a su pareja de centrales por la derrota: "Al inicio, hemos cometido errores forzados por la presión del rival. Pero el partido se ha ido más en las opciones que no hemos podido concretar". No admitió echar de menos el olfato goleador de Soldado: "No podemos depender solo de un jugador. Tenemos una plantilla amplia", ni una mayor autoridad en Banega: "Su aportación durante la temporada ha sido buena, pero esperamos que vaya a más".

Emery se rindió a la grandeza de su rival. "Contra el Barcelona tenemos la desgracia de hacer buenos partidos, tener buenos momentos, pero no conseguimos ganarles, simple y llanamente por su potencial. Pero seguiremos intentándolo. Sabíamos que teníamos que hacer un partido perfecto y eso no lo hemos podido hacer", concedió. "El Madrid y el Barcelona son los mejores equipos del mundo, tenemos el grandísimo honor de poder jugar contra ellos; pero cuando no podemos ganarles, se nos queda esta cara de decepción". Y así, con su cara de decepción, se marchó.