Los pies fríos de Webber

El elemento más llamativo que hasta ahora se ha visto en los nuevos prototipos lo incorpora, como no podía ser de otra forma, el Red Bull RB8, el nuevo juguete diseñado por Adrian Newey, el ingeniero más reputado de la actual fórmula 1. El elemento en cuestión es una apertura situada en la nariz del coche de menos de un centímetro de alto, con un perfil redondeado que la hace más llamativa. Desde que la escudería energética presentó el bólido a través de su página web el pasado lunes, la rumorología alrededor de las propiedades de la pieza en cuestión se ha disparado. Newey se ha encargado de rebajar la inquietud de muchos al afirmar que no es más que la solución que ha introducido en el coche para solucionar el artículo del nuevo reglamento que limita a 55 centímetros la altura del morro en la zona más alejada del piloto. Según el ingeniero, solo se trata de una entrada de aire que substituye la raja que el monoplaza anterior llevaba en la punta del morro y que servía de refrigeración para el piloto.

"La toma de refrigeración para los pilotos está situada tradicionalmente en la parte frontal del morro. Pero para estilizar un poco más el escalón, hemos decidido moverla y colocarla donde está", ha explicado el técnico. "Hemos intentando adaptarlo de la mejor forma posible, pero no es un elemento que elegiríamos poner si no fuera por la normativa", añade el técnico. "En efecto. Con este agujero se te quedan los dedos de los pies helados", reconoce el corredor de Queanbeyan.