Pocius vence al miedo
El Madrid gana al Barça en un duelo de alternativas gracias al inspirado final del alero lituano
En un duelo ciclotímico, el Madrid pasó de zarandear al Barça a verse abocado a un final en el alambre donde la moneda le salió cara gracias al ímpetu de Pocius. El alero lituano, ajeno al pésimo expediente reciente de los blancos ante su eterno rival, reclamó el balón cuando más quemaba, tumbó la resistencia azulgrana y de paso recuperó el liderato.
El respeto marcó el comienzo del pulso. Laso reforzó los diques de contención de su quinteto inicial con Suárez y Pocius para sujetar la embestida de Mickael y Eidson. El plan le funcionó a medias porque Mickael arrancó efervescente y firmó cuatro de los seis primeros puntos del Barça en tres minutos. Pero en ese mismo tiempo acumuló dos faltas personales que le levaron al banquillo. Los blancos dieron entonces un suspiro de alivio y rompieron a sudar. Tomic (con 8 puntos sin fallo y tres rebotes en el primer cuarto) y Mirotic se hicieron con los mandos en la pintura y con un parcial de 6-0 el Madrid dio el primer estirón en el marcador (16-12, a dos minutos para el final del primer cuarto).
REAL MADRID, 78 - BARCELONA, 74.
Real Madrid: Sergio Rodríguez (4), Pocius (10), Suárez (11), Mirotic (6) y Tomic (16) ?cinco inicial?; Singler (0), Llull (7), Reyes (6), Carroll (16) y Begic (2).
Barcelona: Marcelinho (13), Eidson (7), Mickeal (14), Ndong (12) y Lorbek (4) ?cinco inicial? Rabaseda (2), Ingles (7), Sada (0), Wallace (9) y Vázquez (6).
Árbitros: Hierrezuelo, Jiménez y Cortés. Sin eliminados.
12.888 espectadores en el Palacio de los Deportes.
Resultados 14ª jornada: Valencia, 77; Blusens, 71. Caja Laboral, 61; Fuenlabrada, 51. Manresa, 83; Murcia, 74.
Ofuscados desde el perímetro, ambos equipos se veían obligados a masticar cada ataque. Los primeros 11 intentos desde la línea de 6,75 se estrellaron en los aros (0 de 6 para los blancos y 0 de 5 para los azulgrana). Pero Marcelinho quitó el tapón. Un espectacular triple del base brasileño, secundado por dos más de Eidson, afinaron el ataque del Barça y situaron a los de Xavi Pascual por delante en el marcador (28-30 a 4.30 para el descanso). Para entonces, Ndong se había vuelto incontenible para la defensa blanca. El pívot senegalés sostenía al Barça ante el apagón de un Lorbek renqueante. Pero entonces Carroll desenfundó su fusil.
Su irrupción resultó un cataclismo para el partido. No había jugado en el primer cuarto, pero cuando Laso le rescató de la silla no paró de anotar. 11 puntos en 10 minutos con tres triples consecutivos sin fallo alteraron los biorritmos de un choque tenso e igualado hasta entonces. El Madrid se desmelenó, comenzó a correr y cuando el alboroto dio relevo a la pausa los blancos dispararon su colección de rebotes (21-13 al descanso). Abrumado por la producción ofensiva de Carroll, el Barça se tambaleaba sobre el parquet al borde del descanso. Un parcial de 20-6 en apenas cuatro minutos disparó la diferencia de los madridistas hasta los 12 puntos (48-36 al descanso).
A la vuelta de los vestuarios, el Barça apretó los dientes para recomponer la figura. Huérfanos de los argumentos sobrenaturales de Navarro, los azulgrana se agarraron de nuevo a Pete Mickael, siempre iluminado ante el Madrid. Aún con las rodillas maltrechas, el alero es un látigo y sus puntos levantaron a los de Xavi Pascual, que pasaron de encajar 30 puntos en el segundo cuarto a dejar el casillero del Madrid en 14 en el tercero. De la mano de Mickael creció Marcelinho en la dirección y la diferencia quedó reducida a cuatro puntos (62-58, a 10 minutos para el final).
Las dudas del Madrid crecían de forma proporcional a la confianza del Barça. Los de Laso pasaron en 10 minutos de elegir esmoquin para la fiesta a rescatar el mono de trabajo. La defensa azulgrana se propuso vender caro el triunfo, sujetó al perímetro blanco e igualó los rebotes. La primera canasta de Lorbek sirvió al Barça para igualar el partido a 68 puntos a cuatro minutos para el final.
En el territorio del miedo, Pocius opositó a héroe y, con cuatro puntos y dos rebotes providenciales del lituano, el Madrid venció a sus fantasmas.
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