El Barcelona gana con el freno de mano echado
Lorbek, Eidson y la defensa le bastan a los azulgrana para vencer al Manresa (74-61)
El Barcelona solventó la última jornada del año con un triunfo más funcionarial que esbelto. Los de Xavi Pascual midieron esfuerzos y contemporizaron con el marcador y el cronómetro para dar cómoda cuenta del Assignia Manresa (74-61). A los azulgrana les bastó con atenerse, aunque fuera a medio gas, al guión que tantas victorias les ha dado: una férrea defensa y el talento de sus figuras. En este caso, dos de las más habituales: Erazem Lorbek y Chuck Eidson, con doce puntos cada uno.
El Barcelona, de inicio, trató de sacar provecho en la cintura de sus pesos pesados, Lorbek y Ndong, a lo que el Manresa respondió tratando de hacerles correr, encadenando acciones rápidas y buscando a Doellman. Además de la movilidad de Hernández, que se escurría entre la zaga azulgrana en busca a sus compañeros, que no conseguían completar las acciones. Pese a esos fallos, el Manresa parecía más cómodo en el partido. Prueba de ello fueron el gusto que se dio Downs al volar por encima de Fran Vázquez para realizar un mate de concurso y que la canasta de Ingles que cerró el primer cuarto sirvió a los azulgranas para llegar apenas a los 17 puntos, lo que hacía pensar en la ausencia del lesionado Juan Carlos Navarro.
Barcelona, 74; Manresa, 61
Barcelona Regal (17+15+26+16): Huertas (9), Mickeal (10), Eidson (14), Lorbek (12), Ndong (7) -equipo inicial-, Sada (8), Vázquez (2), Wallace (5), Ingles (5) y Rabaseda (2).
Assignia Manresa (17+11+19+14): Downs (11), Doellman (12), Montañez (6), Rodríguez (-), Asselin (6) -equipo inicial-, Palsson (-), Hernández (3), Gladyr (5), Hanga (8), Achara (5) y Oriola (5).
Árbitros: Antonio Conde, Vicente Bultó y M. Sánchez. Sin eliminados.
Incidencias: partido correspondiente a la decimotercera jornada de la Liga ACB, disputado en el Palau Blaugrana, ante unos 5.000 aficionados.
El partido enloqueció por momentos en el segundo cuarto, sin que ello significara un incremento del número de puntos, ya que lo que más destacaron fueron las imprecisiones en las bandejas y los tapones, donde Vázquez tuvo ocasión de desquitarse de la afrenta sufrida ante Downs. Mickeal fue uno de los que pareció tomarse más en serio este tramo, obstinado por recuperar su mejor juego, aunque dejando sensaciones encontradas en el camino una vez más. El Barcelona, recostado sobre la superioridad de su plantel, parecía guardarse una o dos marchas en el motor, y se limitó a buscar posiciones cómodas en las esquinas, con triples que le mantenían por delante -se fue el descanso con un 29% de tiros de dos (8/27) y un 50% de tres (5/10)-.
Ndong, que había fallado sus cuatro tiros durante la primera mitad, volvió de los vestuarios con la intención de subir la intensidad, con dos mates en un suspiro. Eidson y Mickeal se contagiaron, robando un par de balones que les permitieron irse solos al aro, y la distancia no tardó en subir a los 10 puntos. El ataque estático de los de Pascual seguía aturullado, funcionando a tirones, por momentos caótico. Don Ndong desesperado tratando de dar indicaciones a sus compañeros mientras consumía segundos con el balón en las manos a ocho metros del aro. Pero ni el Barça parecía inquieto, ni cedía el goteo de triples, que amenazaba con desmontar definitivamente del partido al Manresa, que sufría cada vez que tenía que encarar el aro.
El martillo azulgrana siguió golpeando las esperanzas del Manresa. Ahora con un triple, ahora con una buena defensa, ahora con un rebote de ataque -capturó 19-. Suficiente para dominar el partido pese a la falta de lucidez. A Downs le dio tiempo para volver a levantar al público rival con otro mate estratosférico, de los que se estilan más en el otro lado del charco, cebándose de nuevo con Vázquez. Pero el Assignia nunca se acercó lo suficiente para inquietar al líder de la ACB, a la espera de lo que mañana haga el Real Madrid.
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