20 horas estudiando al Santos
El planteamiento de Guardiola, que pobló de futbolistas el centro del campo para sortear una defensa demasiado recia, fascina al rival y hasta a sus propios jugadores
Ganar lo cura todo, así que del rostro de Guardiola no quedaba nada de la tensión con la que ha vivido esta última semana, ni tampoco del cansancio acumulado por dormir poco y trabajar mucho. Tuvo tiempo de salir a cenar una noche con su pareja, de ver ratos perdidos a sus tres hijos y de cenar la noche del sábado con su hermano Pere y su padre, Valentí. Sin Tito Vilanova a su lado, Guardiola buscó y encontró la colaboración de Unzué, la complicidad de sus amigos Jordi Roure y Aureli Altimira, el apoyo de su inseparable Manel Estiarte -que le abandonó un par de días para acompañar a Villa a Barcelona y volvió porque Pep se lo pidió-, y por supuesto, de Domènech y Planchar, sus analistas, a los que ha hecho trabajar hasta decir basta.
Ayer se sentó delante del ordenador a las ocho de la mañana, comió en 10 minutos y se levantó pasadas las cuatro de la tarde. A las cinco dio la charla, sin vídeo ni montaje alguno de por medio. El técnico solo habló a sus jugadores de la pelota, los espacios y la necesidad de asociarse y ayudarse. Guardiola, que visionó al menos seis partidos del Santos entre la semifinal y la final, unas 20 horas de estudio, explicó que llamó varias veces a Tito Vilanova, al que echaba de menos, según dijo tanto como a Afellay y a Villa en la celebración de anoche.
"El partido lo ha ganado Guardiola con su planteamiento. Se ha visto como nunca la filosofía del Barcelona", asumió Xavi. "La preparación de los partidos es excelente, nosotros solo nos limitamos a llevar a la práctica las consignas del entrenador y es evidente que sabe lo que se hace", añadió el de Terrassa. "Yo ya dije que si me decía que me tirara por la ventana, me tiraría. Al míster hay que seguirle y lo ha vuelto a demostrar con la variación de llenar el centro del campo. Siempre sabe lo que quiere, lo tiene todo estudiado. Nosotros solo tenemos que adaptarnos", añadió Alves, que, como todos, se fue del campo con una camiseta conmemorativa de la victoria, con un "2" a la espalda bajo el lema Bicampeones. "Él nos dice siempre dónde encontraremos los espacios y siempre están donde nos señala. Es increíble", reconoció Cesc. "Es lo que te dice, cómo lo dice, y por qué lo dice. Esa es la clave", terció Iniesta.
Muricy Ramalho, el entrenador del Santos, insistió también en la trascendencia del planteamiento: "El Barça ha inventado un sistema nuevo: el 3-7-0". "Eso solo son números", despejó Guardiola. "Lo que intentamos es que los de delante aprieten, que los de atrás saquen bien la pelota y los del medio controlen y monopolicen. Si perdíamos el control del balón y los jugadores del Santos contactaban con Neymar tendríamos problemas. Todo el mundo ha visto que hemos jugado un gran partido. Tratamos de juntarnos mediante el balón y gracias a la posición conseguimos que la pelota se moviera más que los futbolistas. Nos interesaba pasarnos el balón muy rápido, no que corrieran los jugadores, o sea, lo que ha hecho Brasil toda la vida".
Convencido de que la defensa del Santos era demasiado recia como para fijarla con tres puntas, suprimió el ataque y llenó el centro del campo, dejando atrás a tres centrales, cuatro si contamos que Valdés actúa como el último defensa. "Un día Pep nos dirá que Alves juega de portero y le creeremos", bromeó Piqué.
"Nunca había jugado contra un equipo que jugara así", admitió Ganso, al que Busquets, que recibió los halagos del entrenador, se comió con patatas. Guardiola se negó a personalizar el triunfo en un solo jugador, pero explicó por qué prefirió usar a Thiago antes que a un extremo: "Se ha ganado jugar este partido y, además, va muy bien por alto, así que nos venía bien. Queríamos enganchar mucho a Alves a la banda para abrir el campo y pensamos que Thiago se encontraría al otro lado en muchas situaciones de uno contra uno; y como tiene pase y desborde, porque es muy hábil, decidimos ponerle a él y no a otro".
Thiago es uno de los nueve jugadores formados en la cantera que integraron el equipo titular anoche, un orgullo para Guardiola: "Han crecido en casa. Para jugar de esta manera tiene que haber algo antes. Si juegan así es porque vieron jugar a los de antes; las generaciones nuevas siempre mejoran a las viejas". Y, con una sonrisa de oreja a oreja, después de que todo su empeño y todo su talento hubiera dado resultado, pensó en relajarse: "Ahora, un poco de sushi y a celebrarlo".
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