Entre la suficiencia y el remoloneo

Entre el remoloneo y la suficiencia el Madrid solventó un sencillo duelo ante el Manresa. Una faena de aliño antes de las fiestas navideñas conseguida a partes iguales por méritos propios y limitaciones ajenas.

La mañana se presentaba plácida para los blancos y el parcial inicial de 6-0 no hizo otra cosa que refrendar la candidez del Manresa como visitante. Los de Ponsarnau llegaban a la Caja Mágica con un pobre balance de una sola victoria en los últimos cinco partidos y, ante semejante expediente, Laso planteó el partido como un banco de pruebas. El técnico madridista buscó desde el inicio el rodaje de las piezas menos ensambladas de su engranaje.

Kyle Singler volvió a repetir en el quinteto inicial para acelerar su proceso de integración. No tardó el estadounidense en exhibir su versatilidad y buenos fundamentos. En apenas cinco minutos, cuatro puntos, cuatro rebotes, dos asistencias y un tapón acreditaron el amplio repertorio del nuevo fichaje madridista que impulsó el arranque del Madrid, dispuesto a retomar su ritmo de victorias en Liga interrumpido la semana pasada después de su tropezón en el derbi.

Mientras Singler se ganaba las primeras ovaciones de la parroquia blanca con su efervescente arranque, Begic seguía ofreciendo su perfil más pusilánime en defensa y en ataque. Dos pérdidas consecutivas del pívot bosnio permitieron al Manresa engancharse al partido con los primeros puntos de Doellman, pero fue un espejismo fugaz. Una buena defensa, el abrumador dominio del rebote (26-10, al descanso. 44-24, al final) y la intensidad de su rotación, otorgaron a los blancos una cómoda distancia desde los primeros minutos.

El Madrid se lanzó a correr propulsado por Llull y, a campo abierto descosió el encuentro. Reyes se adueñó de la pintura y la ventaja en el marcador se disparó por encima de los 20 puntos (39-17 a 2m 45s para el descanso). Ni el tino de Downs y Asselin ni la solvencia de Doellman eran argumento suficiente para contener al Madrid que vivía a partes iguales de los recursos propios y de la debilidad de su rival que presentaba unos enclenques porcentajes de tiro.

La frialdad de la mañana, la sencillez de la misión y el tono discreto del perímetro blanco (8 de 24 en triples) desconectaron al Madrid. Decayeron a partes iguales la concentración y el espectáculo. El Manresa buscaba minimizar los daños y los de Laso pensaban en las vacaciones. El conjunto de Ponsarnau llegó a situarse a 13 puntos mediado el tercer cuarto (44-57) aprovechando las numerosas pérdidas del Madrid (23).

Pero entonces, cinco puntos consecutivos de Carroll y la decidida irrupción de Mirotic espabilaron a los blancos y atajaron cualquier atisbo de sorpresa (65-45 al final del tercer cuarto). En estado de gracia, Mirotic con 20 puntos y siete rebotes volvió a ser el mejor de los suyos junto a Reyes. Con el partido resuelto, Laso dio carrete a Velickovic y a los jóvenes canteranos Dani Díez y Jorge Sanz en una mañana amable. A la vuelta de vacaciones espera el Barcelona.