Rudy, una película de intriga
El escolta jugará esta noche ante el Maccabi (20.45, Teledeporte) siempre que el convenio de resolución del lockout de la NBA no se firme antes del partido
Anoche, a la hora en la que debería haber estado volando hacia los Estados Unidos, Rudy Fernández estaba en el cine con su novia viendo In Time, un thriller futurista protagonizado por Justin Timberlake y Amanda Seyfried que se desarrolla en una sociedad en la que se ha conseguido encontrar el secreto de la longevidad anulando el gen que provoca el envejecimiento. Una película de intriga, acción y persecuciones. Una metáfora de la andadura del jugador en el Real Madrid.
A pesar de haber recibido el pasado domingo un homenaje de despedida y agradecimiento por los servicios prestados, el escolta mallorquín dispondrá de una bola extra esta noche ante el Maccabi. Un error burocrático de los Mavericks de Dallas, propietarios de sus derechos en la NBA, a la hora de tramitar en tiempo y forma los documentos necesarios para la obtención de su visado impidieron a Rudy viajar ayer hacia Estados Unidos como tenía previsto. Aprovechando que se prolonga su estancia en Madrid, el conjunto de Pablo Laso intentará contar con el jugador en el importante choque de esta noche ante el Maccabi de Tel Aviv, donde los blancos se juegan la primera plaza del Grupo C de la Euroliga. Lo podrá hacer siempre que a lo largo de la tarde no se resuelva el protocolo que activa el arranque oficial de la NBA. Si a las 20:45 no se ha firmado el nuevo convenio de la Liga estadounidense que activaría el contrato de Rudy con los Mavericks, el jugador saltará a la Caja Mágica con la camiseta del Madrid. La votación por Internet de los jugadores de la NBA para aprobar definitivamente dicho convenio se inició ayer a medianoche y terminará a las 22.00 de hoy jueves (hora española). Suponiendo que se agotarán los plazos, Rudy jugará. "Mientras esté aquí es parte del equipo y jugará", refrendó Laso en la previa. "No contaba ya con él, pero le veo bastante bien y es un alta inesperada", agregó sonriente el técnico blanco.
La tarde resume la incertidumbre vivida por el Madrid y por el propio jugador durante los tres meses que lleva en España. Con el cronómetro en marcha, Rudy ha vivido el paso de las semanas como una cuenta atrás para su regreso a la NBA. "He estado muy cómodo aquí. Me he encontrado con el ambiente idóneo para ser feliz y creo que se notaba cuando estaba en la pista. Pero ahora debo aprovechar la oportunidad que me brinda Dallas. Es un equipo distinto a Portland, es el campeón y quiero aportar mi granito de arena para revalidar el título. Todo el mundo lo sabe, tengo contrato con Dallas y los derechos en Europa son del Real Madrid. El año que viene seré agente libre y decidiré si regreso a Europa. Pero ahora tengo contrato con Dallas", explicó el escolta con cierta nostalgia al confirmar su despedida. Sin embargo, aun dispondrá de un partido más con el conjunto blanco.
Será ante el Maccabi, que no ha tenido tanta suerte como el Madrid con su estrella NBA. Jordan Farmar regresó a Estados Unidos a comienzos de semana para incorporarse a los Nets de Nueva Jersey. Con su marcha, el conjunto israelí pierde a su mejor anotador (14,1), reboteador (4,7) y asistente (4,1) y el Madrid se libra de su verdugo en el encuentro disputado en Tel Aviv. El norteamericano firmó 27 puntos, cuatro rebotes, cinco asistencias y ocho faltas recibidas para un total de 35 puntos de valoración en la victoria de los macabeos (88-82).
Los blancos, empatados con el Maccabi al frente del Grupo C, buscarán un triunfo que les pondría a su alcance la primera plaza. Si además la victoria fuese por siete o más puntos de diferencia recuperarían el basketaverage con el conjunto israelí. Pero el Maccabi es un rival de cuidado. Desde el regreso de los blancos a la élite del baloncesto europeo en 2007, el Maccabi se ha cruzado siempre en el camino del Madrid en las últimas cinco temporadas. Como una pesadilla, el equipo israelí ha truncado las expectativas de los blancos de forma impenitente en cada reedición de un clásico del baloncesto europeo que ha reverdecido su rivalidad en los últimos cursos. Primero, frustrando al Madrid de Joan Plaza en sus aspiraciones de alcanzar la final four de 2008 como anfitrión. Después, condenando al Madrid de Messina a jugar los cuartos de final con el factor cancha en contra ante un Barcelona intratable en 2010. Y más tarde, tumbando al Madrid de Molín en la semifinal de la final four de la temporada pasada. Llega el coco, pero juega Rudy.
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