"Pongo sentido común en el vestuario"
Albert Costa (Lleida, 1975) habla tras haber conquistado la Copa Davis como jugador y como capitán. Sus palabras, en consecuencia, pesan el doble ahora que la selección afronta el reto de la renovación.
Pregunta. En 2009, tras lograr la final de Barcelona, dijo: "Ganarán mientras tengan motivación". ¿Qué ha pasado con sus tenistas?
Respuesta. Al día de hoy están cansados. El calendario está muy apretado. Parece ser que Rafa ha dicho que quizá no seguirá...
P. Lo ha dicho sin el quizá.
R. Pues no seguirá. Él no habla por hablar. Es respetable: 2012 es un año complicado por los Juegos. Jugadores en España no faltan. Tampoco todos los que hay ahora han dicho que no vayan a jugar. De cara al año que viene hay gente muy motivada: Granollers o Almagro. Ellos dos tienen las ganas y el ejemplo de haber visto que realmente se puede ganar. Nico está el diez del mundo: a partir del año que viene tendrá muchas opciones de jugar y de hacerlo muchas veces (Costa habla antes de que Almagro plantee dudas sobre su disponibilidad). Yo también tengo que reflexionar.
P. ¿De qué depende su decisión?
R. Si sigo o no es por un tema personal. Tengo mucho trabajo. Tengo familia, unas hijas. Desde que las tuvimos, he estado viajando: primero como jugador, luego como entrenador de Feli. Ha sido un cúmulo de trabajos que me ha permitido verlas poco. En algún momento tienes que pensar también en la familia.
P. ¿Tan duro es su trabajo?
R. Es evidente que este es un trabajo duro, realmente complicado. La gente lo ve desde fuera y parece que solo es escoger los jugadores. Hay que hacer mucho más. Hay que gestionar todo un equipo, tienes que intentar que haya buen ambiente... y eso, sinceramente, no es tan sencillo. Evidentemente, es un trabajo que año tras año va quemando.
P. Dicen que usted ha contagiado al grupo de su bonhomía.
R. He intentado poner orden cuando ha habido algún problema. Hubo alguna cosa antes de la final de Barcelona (2009). Se solucionaron todas. Todo el mundo ha estado unido. Todo el mundo ha ido a una. Ha sido la clave del éxito: que dentro del vestuario no haya fisuras, ningún jugador peleado con otro, y eso es, en parte, por su carácter, y en parte por la gestión que he hecho yo del vestuario.
P. ¿Qué pasó en 2009?
R. Unos hicieron unas declaraciones diciendo que querían que la final fuera en Madrid, otros que en Barcelona. Fue una pequeña polémica que hubo que superar, que hubo que hablar con ellos. Hubo que poner un poco de sentido común en todos ellos, porque al final nuestro objetivo es ganar, independientemente de que sea en una ciudad u otra. A partir de ahí, ellos, a nivel de personalidad y de carácter, son gente muy fácil, gente con la que es fácil ponerse de acuerdo.
P. Nadal y Ferrer son dos de los cinco mejores tenistas del planeta. No parece que tengan problemas de celos.
R. Los que no les hayan visto jugar nunca se están perdiendo a dos jugadores con un talento brutal, de una ambición tremenda, dos luchadores natos. Dentro y fuera de la pista son de diez. Son dos grandes amigos. También Fernando y Feliciano. Ellos no han podido aportar su granito de arena en esta eliminatoria, pero lo aportaron en otras. Su nivel personal y tenístico es brutal. Eso es clave.
P. ¿Tiene futuro esa pareja?
R. Futuro, si quieren jugar, tienen. Otra cosa es que sigan o no jugando, o que estando yo u otro capitán intentemos otras combinaciones. Les agradezco el esfuerzo que han hecho, que ha sido grande. Creo que han perdido un poquito de confianza. Creo que realmente les falta jugar un poquito más como pareja. Han perdido unos partidos que les han trastornado. A partir de ahí han empezado a tener dudas. Eso se arregla entrenándose y compitiendo.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.