Isco desatasca al Málaga

El partido fue insulso, aburrido a ratos, pero el Málaga demostró que sigue empeñado en ganar los encuentros en La Rosaleda con un indudable coste cardíaco para el aficionado. En el minuto 74, Caballero voló para taponar un cañonazo a la escuadra de Marco Ruben. Una de las que serán mejores paradas de la temporada fue todo el jugo que sacó el Villarreal, menesteroso por las lesiones, a una falta en la que Toulalan, hasta ese momento uno de los puntales malaguistas, fue expulsado con inmerecido rigor. Desde ese momento, los de Garrido, que durante el segundo tiempo arrinconaron al Málaga, redoblaron su acoso, con cinco delanteros. Los locales defendían como mejor sabían la renta lograda en los destellos del primer tiempo.

Los de Pellegrini salieron codiciosos desde el pitido inicial, pero el impulso apenas les duró 10 minutos. Cazorla presionaba y lograba irse por velocidad de sus antiguos compañeros, mientras Isco y Toulalan, que parecían tener clones en todas las zonas del campo, acantonaban a los castellonenses en su área. Sin embargo, el espejismo terminó después del primer gol local, un cabezazo limpio de Toulalan, sin marca, tras un saque de esquina de Cazorla.

En el minuto 16, Marco Ruben, a pase del líder castellonense Borja Valero, que gozó de gran libertad de movimiento y demostró tener un radar para encontrar los huecos y lanzar pases en diagonal, aprovechó la descomposición de la defensa local y empató el encuentro. A partir de ese momento, el Málaga pareció disolverse, aunque el Villarreal no volvió a inquietar con claridad. Bien es cierto que el partido pudo haber cambiado de signo si el claro penalti de Demichelis, fuera de sitio, a Marcos Ruben en el minuto 25 hubiera sido pitado, aunque eso entra ya en el territorio del fútbol-ficción.

El Villarreal, al que solo se inquietaba a balón parado, se armó defensivamente, quizá con una brusquedad ajena a su tradición. Hernán Pérez estuvo notable en el corte de las jugadas y desacomplejado a la hora de parar con una falta las internadas de Rondón y Seba Fernández. El partido parecía condenado al empate, cuando, al filo del descanso, Isco, con justicia nuevo ídolo local, sacó petróleo de un rechace y deshizo las tablas. El internacional sub 21 fue el que amarró el resultado y la clasificación en puestos europeos, entre otras acciones con la primera falta de su equipo, que no llegó hasta mediados del segundo tiempo.