El Madrid vence a tirones

Tras el festín que el Real Madrid se dio en la Euroliga ante el Efes (104-84), el público volvió al Palacio de los Deportes deseoso de darse otro atracón de puntos, en la línea a la que les ha acostumbrado este año el equipo más anotador de la Liga Endesa. Sin embargo, los blancos solo respondieron por momentos, alternando ráfagas de gran lucidez con inquietantes parones ofensivos. Incluso llegó a asustar el Lagun Aro en el último tramo, pero la categoría del plantel de Pablo Laso dictó sentencia. En su enorme arsenal ofensivo, hoy les tocó decidir al final a Tomic y a Mirotic, que con su despliegue definitivo enviaron a la lona al correoso conjunto vasco (82-74).

El Real Madrid salió en tromba y solo precisó de cinco segundos para conseguir su primera canasta. El tiempo que Rudy Fernández tardó en hacerse con el balón tras el salto inicial y detectar la carrera de Carlos Suárez. Un ejemplo de la devoción del conjunto blanco por el juego rápido y alegre. El alero mallorquín siguió comandando la ofensiva, robando balones -máximo recuperador de la Liga Endesa con 2,29 de promedio, hoy sumó cuatro- y asistiendo a sus compañeros. El Madrid anotó seis puntos en el primer minuto y en el ecuador del primer cuarto sumaba ya 17. El ritmo frenético descabalgaba al Lagun Aro, que veía como Ibaka cerraba el cuarto con un par muestras de su trabajado tiro de cuatro metros, en lo que parecía una escapada definitiva.

El segundo periodo, sin embargo, trajo la otra cara del Real Madrid. Esa a la que le cuesta mantener el acierto cuando bajan las revoluciones, la inspiración de sus talentos, y se ve obligado a emplear sistemas ofensivos más elaborados. Además, los pupilos de Laso se enzarzaron con la actuación arbitral, que cobró una antideportiva a Ibaka, una técnica a Suárez y colocaron al equipo en el bonus de faltas en un pestañeo, disparando el bloqueo mental blanco. Momento que aprovechó Baron para afilar su muñeca y responder al dominio blanco con otro parcial espectacular: 4-20 en apenas cinco minutos, poniendo al Lagun Aro por delante.

Al Madrid le costó unos minutos bajar la temperatura y tuvo que recurrir a la capacidad ofensiva de Ante Tomic para hacer las paces con la canasta. Más sereno, volvió a encontrar los caminos al aro, a forzar pérdidas y a correr, lo que le devolvió un cómodo mandato en el marcador antes de irse al descanso. Pero, en la reanudación, continuó con su tendencia a jugar atropellado, más a golpes de calidad que de riñón. A una imaginativa asistencia de Rudy le seguía a la siguiente jugada Llull, tratando de emular la acción, pero sin éxito. Señal de que el Madrid se sentía confiado en que tenía las de ganar si el partido se decidía en una pelea de talento. Una calma que permitía al Lagun Aro continuar en el partido, ayudado por dos triples de Carroll y Mirotic, totalmente librados, que el aro decidió escupir.

El conjunto blanco volvió al atasco para inaugurar el último cuarto. Tal era el parón que Reyes se saltó la ortodoxia para intentarlo desde fuera del perímetro, sin resultado, y Rudy encadenaba tiros marrados (2/11 en tiros de campo). Apenas dos puntos en cinco minutos que permitieron a Panko meter el miedo en el cuerpo al Madrid con un triple, dejando la distancia en tres puntos. Entonces acudieron Tomic, Mirotic y Carroll, que dispararon en un segundo a los blancos, más allá de los 10 puntos. Andy Panko siguió anotando (19 puntos, máximo artillero del choque), pero ya en balde. El Madrid tiene más dinamita y pareció saberlo todo el rato.

Liga Endesa: Real Madrid 82-74 Lagun Aro