Los desvelos de Montanier

Preguntado el viernes acerca de su futuro en la Real Sociedad, Philippe Montanier rechazó hablar de sí mismo y prefirió centrarse en el equipo. "Mi caso personal no es lo más importante, sinceramente, ahora lo que importa es el equipo", declaró en Zubieta el técnico galo en su comparecencia previa al partido de hoy en Anoeta ante el Espanyol (12.00, Canal+). Montanier admitió, sin embargo, que son momentos "complicados" para él, pero que confía en el apoyo de su afición, a la que pidió paciencia porque la tan necesaria victoria, según dijo, "en todo caso se construye, no se programa".

No está siendo una temporada fácil para el técnico galo, que fue capaz de superar a su llegada al equipo guipuzcoano la barrera del idioma aprendiendo castellano en un mes y logró la aceptación de un vestuario que idolatraba al anterior entrenador, el uruguayo Martín Lasarte. Admirador de Pep Guardiola, Montanier (Vernon, 1964), que sueña con entrenar al Barça, logró con su anterior equipo, el Valenciennes, la mejor clasificación de la historia del club, pero con la Real el camino le está resultando tortuoso. Marcado a fuego por sus años en Segunda, la Real es extremadamente sensible a situaciones extremas como en la que se encuentra y todas las miradas están puestas en el entrenador, que no ha hallado su fórmula al hacer demasiadas y complicadas probaturas con las posiciones en el campo.

El francés apostó por las caras jóvenes. De hecho, la Real le contrató para sacar partido a su prolífica cantera, y encontró en el centrocampista Asier Illarramendi su gran apuesta. El viernes Montanier no quiso desvelar su once titular mientras los aficionados aguardan la combinación que realmente funcione sobre el césped.

Atizado por calendarios infernales, de los que no se libra, al fin y al cabo, ningún equipo, el conjunto donostiarra, que logró arrancar la temporada con un empate ante el Barça, no ha sabido templar el ánimo y coordinarse adecuadamente de la mano de un técnico al que ya acosan la inseguridad y los nervios más por las circunstancias externas que por ser rasgos inherentes a su personalidad. Quizá también haya faltado el entendimiento entre los jugadores y el entrenador. Aún hay tiempo y el equipo está decidido a luchar contra la adversidad, pero las señales deben comenzar a ir en otro sentido cuanto antes, ya que el crédito que se le ha concedido a Montanier desde el Consejo txuri urdin abarcaría hasta la próxima semana, contra el Betis. Toca enderezar el rumbo.

De cara al partido de hoy los problemas se le acumulan a la Real porque las bajas minan su defensa, la tercera más goleada del campeonato, ya que Alberto de la Bella y Vadim Demidov, por lesión, e Iñigo Martínez, por sanción, se quedarán en la grada. La alternativa la tomarán posiblemente el francés Liassine Cadamuro en banda, y Mikel González y Ansotegi en el centro de la zaga, con lo que la línea de arrope al portero Claudio Bravo será totalmente experimental.

Delante se atisban también cambios, el más importante podría ser la titularidad de Joseba Llorente y el retraso de la posición del mexicano Carlos Vela para aprovechar su velocidad y conducción de balón. No obstante el máximo goleador del equipo, Imanol Agirretxe, también conserva sus opciones.

Por su parte, el entrenador del Espanyol, Mauricio Pochettino, ha incluido a cuatro jugadores del filial en su equipo, que deberá afrontar con las bajas de Javi Márquez y Walter Pandiani.