Fin a la fiesta granota
Osasuna encuentra los límites de un Levante desafinado y poco contundente
La paciencia esta vez no fue aliada del Levante, que se pertrechó como otras veces en torno a su portero, pero sin la contundencia defensiva ni el acierto en la salida a la contra. La espesura se apoderó del conjunto granota, superado en la primera parte por el empuje y la ambición de Osasuna. Y frenado en el segundo periodo por el propio desatino de sus atacantes y por la sobriedad defensiva de los hombres de Mendilibar, a pesar de disputar estos casi toda la segunda mitad con uno menos por la expulsión de Cejudo. El Levante pierde así su primer partido del curso y, a las puertas del derbi más emocionante de los últimos años ante el Valencia, el sábado en el Ciutat de València, pone fin a una fiesta que ha saboreado hasta la última gota en las anteriores nueve jornadas.
OSASUNA, 2 - LEVANTE, 0
2 - Osasuna: Andrés Fernández; Marc Bertrán (Damià, m.13), Lolo, Sergio (Miguel Flaño, m.34), Raitala; Puñal, Nekounam; Cejudo, Raúl García (Rubén, m.77), Ibrahima; y Nino.
0 - Levante: Munúa; Pedro López, Ballesteros, Nano (Aranda, m.65), Del Horno; Valdo, Xavi Torres, Iborra (Farinós, m.54), Juanlu (Rubén, m.61); Barkero y Koné.
Goles: 1-0, m.40: Cejudo. 2-0, m.44: Nino.
Árbitro: Iturralde González (Comité Vasco). Expulsó por doble amarilla al jugador de Osasuna Cejudo (m.40 y m.58). Amonestó a Raúl García (m.62), de Osasuna, y a Iborra (m.49), Del Horno (m.83) y Valdo (m.86), del Levante.
Incidencias: Partido de la undécima jornada de Liga disputado en el estadio Reyno de Navarra ante 15.399 espectadores.
No cejó Cejudo en su empeño de resolver el encuentro por su cuenta. Primero fue un zigzagueo desde el centro del campo rematado al final demasiado cruzado. Y después, acompañado esta vez por la suerte, un disparo con la izquierda lo suficientemente desviado en la defensa para despistar a Munúa. Cejudo se quitó la camiseta, enseñó musculatura y esperó la visita del árbitro, Iturralde, con la pertinente tarjeta, preámbulo de su posterior expulsión por doble amarilla. Osasuna se había hecho acreedor del triunfo, con un dominio absoluto del centro del campo, minimizando al Levante a una condición meramente defensiva. Ni siquiera en eso se pareció el cuadro de Juan Ignacio Martínez a las nueve jornadas precedentes. Sustituidos los dos laterales titulares, Pedro López en lugar de Javi Venta, y Del Horno en el puesto de Juanfran, la zaga granota concedió todo tipo de prebendas. En una de ellas, al final de la primera parte, Ibrahima se anticipó, propició el choque entre Munúa y Del Horno y dejó un balón suelto que aprovechó, cómo no, Nino, cazagoles profesional.
Replegado en su campo, el Levante ni siquiera había podido desplegar sus habituales contras. Muy impreciso en los pases, el equipo de JIM era incapaz de conectar con Koné, a no ser que se tratara de un balonazo largo hacia el delantero marfileño, aislado física y mentalmente. El centro del campo había hecho agua. De ahí que JIM optara por Farinós en el arranque del segundo tiempo. Se trataba de llevar la iniciativa ante un Osasuna más relajado en sus intenciones atacantes. Sobre todo desde que Cejudo, por su mala cabeza, se fue a la ducha por una entrada a Barkero fuera de lugar.
A falta de media hora, JIM tiró con todo y, al entrar Rubén y Aranda, el Levante metió a Osasuna en su área. Pero los centros largos cruzados se perdían por la línea de fondo. Y sí, Farinós le dio cierta claridad a un ataque muy ofuscado por todos los demás flancos. Los interiores granota, tan finos en anteriores partidos, estuvieron muy desafinados. Y, con ellos, el resto del ataque granota. Fue el fin de una fiesta inesperadamente alargada hasta finales de octubre.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.