El gol, un descubrimiento para Bruno
El medio se estrena ante la portería en Primera después de cinco temporadas y 128 encuentros
Resultó tan inesperado y a la vez tan importante que no supo cómo celebrarlo. Ni tiempo le dio, abrazado por sus compañeros. A los 20 minutos ante el Rayo, Bruno Soriano (1984, Artana; Castellón) se adentró en el área rival y se posicionó para intentar rematar una falta lateral. Lo hizo como en tantas otras ocasiones. Su altura, 184 centímetros; su habilidad para ganar espacios con oponentes más fuertes por su inteligencia e intuición; y sus largas piernas, "alambres", las denominan sus compañeros, hacen de Bruno un jugador, a priori, ideal para las jugadas de estrategia en el ataque del Villarreal.
Sea como fuere, un misterio resultaba el averiguar por qué Bruno, con 127 partidos en Primera, tras cinco temporadas en la élite, no había sido capaz de anotar ni un gol. Su buen pie izquierdo luce en los entrenamientos de vez en cuando. Según Garrido, Bruno es de los futbolistas que mejor golpea el esférico. Y sin embargo, ni por asomo se acercaba al gol. La experiencia de anotar un tanto solo la había sentido en una ocasión cinco temporadas atrás, en la Copa ante el Ejido.
Desde aquel entonces, en estadio Santo Domingo de la ciudad almeriense, Bruno se había quedado seco en una faceta que no es la suya. "Está claro que me gustaría marcar goles. Debo mejorar", confesó meses atrás el centrocampista criado en la cantera amarilla, en una entrevista a este periódico. En el vestuario del Villarreal existía cierta broma sobre la falta de acierto de un futbolista que, por el contrario, en su posición de volante defensivo es capaz de llevarse todos los balones. Rossi tenía preparada ya una celebración.
El italiano, el máximo goleador de la historia del Villarreal en Primera, con 54 goles, al igual que Forlán, ya había salido del hospital tras operarse de la rotura de ligamentos de la rodilla derecha. A los 20 minutos, Bruno acudió de manera funcionarial al saque de una falta. La botó Borja Valero y de remate de cabeza poco ortodoxo Bruno marcó su primer gol en la máxima categoría en sus 128 partidos. No estaba Rossi y no supo cómo celebrarlo.
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