Márquez cumple, Bradl esprinta

`"¿Está clasificado, no?", le pregunta Emilio Alzamora, en el muro del equipo que dirige, abocado a las pantallas de tiempos, a Santi Hernández, jefe de mecánicos, que está a su derecha, pendiente de un puñado de números. "Sí, está clasificado. Su tiempo es de 2m12,8s, le basta". Marc Márquez se enfundó el mono en ese cuerpo menudo y magullado tras las últimas caídas, tres en solo una semana, se puso el casco y los guantes, se subió a su moto, esperó a salir el último del garaje y enfiló el camino de la pista. Le bastaron dos vueltas lanzadas para lograr su objetivo: un tiempo que le permitiera estar en la parrilla mañana domingo, aunque fuera bien lejos de su objetivo real: el líder del campeonato, Stefan Bradl, solo tres puntos por encima del joven catalán.

Márquez saldrá, otra vez, desde la cola de la parrilla, el 36º en este caso, con solo un piloto por detrás de él. Pero esta vez todo es mucho más complicado que la semana pasada, cuando salió el último en Australia, a causa de una penalización que le impuso la dirección de carrera por pilotar peligrosamente, y terminó en el tercer escalón del podio. Entonces pudo aprovechar dos sesiones de entrenamientos libres (el accidente se produjo en la primera), más la clasificatoria. En esta ocasión, el piloto de Cervera no ha podido rodar más que los cinco minutos que empleó este sábado para asegurarse, como mínimo, que le permitieran salir mañana siempre que sus condiciones físicas mejoren y le permitan aguantar una carrera dura, bajo un calor y una humedad terribles.

Márquez, más desafortunado que temerario esta vez, se encontró con un charco en plena curva. Era el primer minuto del primer entrenamiento del fin de semana, la mañana del viernes. Se dio fuertes golpes en el omoplato y la zona cervical, la cabeza y el pie derecho. Ninguna fractura, pero una dolencia más difícil de superar sobre la moto que la rotura de un hueso. La tensión acumulada en sus cervicales aturdía al piloto, que fue enviado a descansar al hotel la tarde del viernes y que se pasó la mañana del sábado tratándose en la clínica del circuito, de masaje en masaje. Su estado fue evolucionando con el paso de las horas, aún así, su estado, aunque no reviste gravedad no es el más idóneo para montar en moto y andar a todo trapo. Márquez seguirá recibiendo mimos a manos de los doctores esta tarde, tratará de descansar y relajar la zona tanto como pueda y confiará en estar mejo mañana para no tener que regalar el título por no estar en condiciones de disputarlo.

Su rival, Bradl, no desaprovechó la ocasión y dominó la sesión hasta que en los últimos minutos el suizo Thomas Luthi le arrebató la pole position. El alemán, que curiosamente, logró su mejor tiempo también en su segunda vuelta, al igual que Márquez, ya no mejoró sus tiempos en toda la sesión. El hijo de Helmut Bradl, que fue subcampeón de 250cc, podría proclamarse campeón este domingo. Para ello necesitaría que Márquez no sumara más de tres puntos. En tal caso, el título se decidiría en Valencia. "La ventaja que tengo no es muy grande. Así que tengo que concentrarme en mi mismo. Estamos preparados, la moto va bastante bien, y aunque mañana será un día duro, con el calor que hace, es magnífico poder luchar por el campeonato".