"Ya no espero a los errores de Rafa o Federer"
Djokovic atribuye su victoria a un "cambio mental" para ser más agresivo
Los gritos y los bailes de los aficionados serbios acompañan a Novak Djokovic mientras camina hacia la sala de prensa, donde habla con su gorra de los bomberos neoyorquinos hacia atrás, en plan rapero. En la sala de jugadores circulan de mano en mano pequeñas botellas de champaña francés. La ocasión lo merece: son tres títulos grandes en 2011 para el número uno mundial, una temporada de ensueño que aún puede culminar con la Copa Davis (jugará este fin de semana las semifinales contra Argentina) y la Copa de Maestros, que reúne a finales de año y en Londres a los ocho mejores tenistas del curso.
"No ha habido grandes cambios en mi juego, sino algo que ha hecho click en mi cabeza", explicó el campeón. "Antes, contra Rafa (Nadal) o Roger (Federer), lo que hacía era esperar a sus errores. No tenía una actitud positiva. Ahora, soy agresivo", continuó el serbio, que se tomó un calmante para el dolor de una de sus costillas y recibió masajes para paliar los calambres que sufría en una de sus piernas al inicio del cuarto set. "Jugar contra Rafa o Roger es todo un reto. Ganar contra ellos implica mucho gasto emocional y físico. Especialmente contra Rafa...por eso es un gran campeón", cerró Nole con la tez morena llena de blancas manchas.
Nadal hizo una lectura positiva de la derrota, pero sin abandonar la autocrítica necesaria para acortar la distancia que le separa del intratable serbio. "He vuelto a ser el jugador que pelea hasta la última pelota. Es un paso adelante muy grande, hacia la mejoría, y me voy satisfecho con eso", dijo el mallorquín, que probablemente no dispute el viernes su partido de las semifinales de la Davis contra Francia, lo que le añade aún más intriga a la eliminatoria. "Hay que aceptar el reto de Djokovic y trabajar. Luego, mi saque funcionó mal. Es la verdad. No he tenido puntos gratis. El año pasado (en la final ganada en Nueva York al serbio) los tuve, este no. Eso ha cambiado mucho el partido. Tengo que recuperar mi saque".
Nadal se marchó pensando en trabajar de cara al próximo duelo. Djokovic, sintiéndose intocable, bendecido por los dioses y coronado como un campeón de registros imposibles.
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