Nadal abusa de Roddick
El español machaca 6-2, 6-1 y 6-3 al estadounidense y jugará con Murray las semifinales
Para cuando Andy Roddick llega al partido y se procura cuatro bolas de break el público ya ni le alienta: es media tarde en Nueva York, han crecido las sombras por la pista, y el público da el encuentro por terminado desde hace mucho tiempo. Rafael Nadal, el hombre al que ataca el estadounidense, domina 6-2 y 6-1 tras poco más de una hora. Tras levantar esas bolas de rotura, que provocan un acalorado intercambio del español con su banquillo ("¡tienes razón!", acaba diciendo), el número dos mundial se clasifica para las semifinales, que disputará el sábado contra el escocés Andy Murray. El duelo de cuartos de final (6-2, 6-1 y 6-3) dejó una lección: por encima de tácticas y golpes, Nadal no está para bromas, medianías ni debates. Lo quiere todo, ya, ahora. El campeón tiene hambre.
Para empezar, Roddick compitió tras eliminar a Ferrer y sin un día de descanso. A Nadal le ocurrió lo mismo, pero ni tienen la misma edad (29 y 25 años, respectivamente), ni sufrieron lo mismo para clasificarse. El español estuvo magnífico al resto y castigó las alocadas subidas a la red del estadounidense, que fue un cometa sin dirección, un tenista fiado a cualquier cosa, un atrevido que se abalanzaba hacia adelante con una pelota a media pista como todo argumento. El número dos mundial consiguió seis roturas contra uno de los mejores sacadores de la historia, el campeón de 2003, todo un ex número uno mundial. Nadal dejó una antología de pasantes que bien harán en estudiar sus rivales. Le enseñó la puerta de salida al estadounidense con velocidad de crucero: cada vez que Roddick abrió un set con su poderoso servicio, lo perdió sin remedio. El vapuleo fue de tal altura que no puede explicarse solo desde la excelencia del contrario. Roddick, atendido dos veces por el fisioterapeuta, se movió lento y sin fuerza. Sacó mal (59% de primeros y 'solo' ocho aces). Le dolía una pierna.
Nadal, protegido de su mal día al servicio (67%) por la horrible jornada de Roddick con el revés, una y otra vez machacado por su derecha, espera ahora a Murray, que es una verdadera prueba. Será el sábado, cuando también se enfrenten Roger Federer y Novak Djokovic. Los cuatro mejores del mundo están en semifinales, lo que solo había ocurrido en Roland Garros durante 2011. Pase lo que pase, Nueva York lo ganará un grande.
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