Terol desquicia a Zarco

Van tres. Johann Zarco perdió por tercera vez una carrera en la misma línea de meta. La primera vez, en el circuito de Montmeló, lo hizo al ver la bandera a cuadros, penalizado con 20 segundos por un codo fuera de lugar con el que impidió la victoria de Nico Terol, líder del campeonato entonces y hoy, y favorito al título de 125cc. La segunda, en Sachsenring, dirección de carrera tuvo que recurrir al fotofinish cuando, de nuevo, el francés ya celebraba la victoria; el triunfo, igualado el crono final, fue para Héctor Faubel, que había hecho la vuelta rápida en carrera. Este domingo, en Misano, Zarco cometió algún sinsentido que otro y sucumbió ante el de Alcoy, que ganaba la séptima carrera del año, a escasas milésimas de segundo de la meta.

El piloto del equipo comandado por el filandés Aki Ajo había adelantado a Terol en la última vuelta, después de un interior del valenciano que pareció interminable, además de atrevido, pero que no le valió para salir de la última curva en primera posición. Aquel privilegio lo tenía, un día más, Zarco, quien, sin embargo, miedoso de que su rival le ganara el puesto en la recta, impulsado por la potencia de su Aprilia, se giró para controlarlo e incluso sacó el brazo en un ademán para frenar al español que finalmente le costó la victoria. "¡Estúpido!", gritaron en su box. Y es la segunda fatalidad que comete y que le cuesta el primer escalón del podio, ese que tanto ansía, por todas las veces que lo ha acariciado con la yema de los dedos. El beneficiado en ambos casos: Terol, lanzado hacia el título con el que ya soñó hace un año y que ahora tiene cada vez más cerca.

Era el día en que más clara veía la gloria Zarco, que confesaba un día antes que fue en Le Mans, dónde el jovencísimo Maverick Viñales le ganó la partida al chico del equipo Aspar, cuando se dió cuenta de que Terol no era invencible. "Me enfadé porque Viñales es muy joven y acaba de llegar del campeonato de España; pero me sirvió para pensar que si él había podido ganarle, yo también podría". Quiere el francés ejercer presión sobre el líder, y lo hace con su regularidad y su constancia, aunque no necesariamente con la desesperación que exhibió en el trazado sanmarinense. "Estaba enfadado porque se me iba el campeonato. No sabía qué más hacer... Y por eso he perdido al final", concedía tras la carrera.

Salvo aquella decisión final, su prueba fue fantástica. Hizo una mala salida e incluso se tocó con Héctor Faubel, a quien desplazó hasta la octava plaza; pero se repuso pronto. Sabía que tenía ritmo para estar delante, con su único rival, y no quería dejar que se le escapara. Así que en solo dos vueltas, recuperó de la quinta a la segunda posición. Fue acercándose más y más, aprovechando cada milésima de segundo, hasta que le alcanzó al octavo giro. Y ya no le dejó ni a sol ni a sombra. Les acompañaba Efrén Vázquez, que perdió el hilo del todo llegado el ecuador de la prueba, cuando ya no pudo soportar el ritmo de aquellos dos, protagonistas únicos de la mañana del domingo. Entonces, se sucedieron una serie de acciones que demostraron que Zarco andaba muy bien a rueda de Terol, que prefería no adelantarlo y esperar hasta el último instante. Así lo hizo. Pero la jugada no le salió tan bien como hubiera deseado.