El 'descarte' es el mejor

Las dificultades del Atlético para cerrar su nómina de delanteros estuvieron muy cerca de pasarle factura al equipo de Gregorio Manzano, durante 70 minutos incapaz de acabar con la resistencia del Vitoria de Guimarães hasta la irrupción de Elías en el tapete. El centrocampista brasileño, al que la escuadra del Manzanares pretendía incluir en la operación de Falcao para abaratar su coste ?los videomarcadores del Calderón anunciaron su fichaje en el descanso?, resolvió un encuentro en el que los rojiblancos no emitieron muy buenas sensaciones y en el que el descarte fue el mejor y le clasificó para la fase de grupo de la Liga Europa salvo hecatombe.

Sin más colmillos en el once inicial que los de Adrián, su único delantero sobre el tapete porque el otro que había, Forlán, ni siquiera se sentó en el banquillo alegando unas molestias muy oportunas (si jugaba perdía todas sus opciones de irse al Inter, ya que el conjunto italiano no podría contar con él en la liguilla de grupos de la Champions), el Atlético desaprovechó un saco de oportunidades por su falta de pegada hasta que Elías acudió al rescate en la segunda parte. Con un par de latigazos, el descarte se erigió en el futbolista más determinante, por delante incluso de Reyes, sin el arte de costumbre. Sin noticias del cuadro portugués, parapetado en torno al arco de Nilson a la espera de un contragolpe en el que Pedro Mendes habilitara a Toscano o El Adoua, las ocasiones se sucedían una detrás de otra. Primero Tiago leyó una asistencia bombeada de Reyes, y aprovechando la rigidez de unos centrales demasiado estáticos controló el cuero, se lo amoldó con el pecho y remató de chilena.

Forlán, que negocia marcharse al Inter, no jugó al alegar molestias físicas

Sin tiempo para la meditación, Reyes cruzó demasiado un centro de Filipe Luis que dejó pasar de largo Paulo Sergio. El carril derecho era el que aportaba más pimienta con las diagonales del extremo de Utrera y el desborde de Silvio, que se arrancó con un misil al larguero. Sin embargo, el Atlético no sacó provecho del asedio por su evidente falta de pegada, con Salvio desenchufado y fuera de sitio en el tridente de arriba, un parche de última hora con el que Manzano intentó apañar la ausencia de Forlán. Con Adrián desenfocado ante el arco, los centrocampistas y defensas buscaron el gol en las segundas jugadas y los saques de córner. Domínguez arañó el gol en un par de remates, justo antes de que el Guimarães se quedase con diez tras una entrada de patibulario de João Paulo sobre Adrián por detrás.

Justo cuando el Atlético ganaba oxígeno con la roja al central y la entrada de Elías por Salvio el Guimarães asustó al personal con un contragolpe que Toscano finalizó chutando al poste. Los nervios empezaban a aflorar cuando Elías entró en escena. Adrián, mejor pasador que goleador, centró al segundo palo al brasileño, que embocó sobre la cal libre de marca. Cinco minutos después la sociedad se repitió y el Atlético salvó la piel porque un tal Elías hizo de Agüero por partida doble.