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España no reacciona

Aschwin Wildeboer y Marina García caen en la semifinal de 100 espalda y braza

El equipo español de natación sigue sin reaccionar. Al menos sus grandes figuras parecen inhibidas. El domingo Mireia Belmonte sufrió lo que Jordi Murio, uno de sus entrenadores, definió como "bloqueo". El término, que hace referencia a misterios de la psicología, sirvió para explicar su incomparecencia en la final de 200 estilos. En la segunda jornada de carreras en la populosa piscina de Shanghái le tocó el turno a Aschwin Wildeboer, el mejor nadador del cuadro masculino español y un tipo consistente que se subió un par de veces al podio en los Mundiales de 2009. No podrá hacerlo en Shanghai, al menos en su prueba mejor preparada, los 100 espalda, en donde no pasó el corte de las semifinales. Nadó en 54,03s y se quedó fuera de la final de mañana por tres décimas. Demasiado tiempo perdido en una prueba superpoblada de especialistas fabulosos que están a la vanguardia de la evolución técnica. Dos ejemplos: Camille Lacourt o Ryosuke Irie.

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El Mundial ofrece casos de lucha, de resignación, de miedo y de coraje. La australiana Alicia Coutts vive en las antípodas geográficas y anímicas de la expedición española. La chica de Canberra nadó seis pruebas el domingo, entre individuales y relevos, y cuando le preguntaron cómo se recuperaba entre las carreras de la mañana y las de la tarde respondió con una mirada de asombro. "Pues mira", dijo; "hoy me he quedado dormida y he llegado a la piscina de calentamiento 45 minutos más tarde de lo previsto. Esa ha sido mi recuperación".

Hay nadadores que se entusiasman en el calor de la disputa y nadadores que se sienten confundidos, les falta el aire, algo los hunde y no saben qué es, como si la piscina contuviese algún remolino en su vaso, como si fuese el Amazonas. Los primeros son como Alicia Coutts, que ayer ganó la plata en los 100 mariposa y una hora después volvió a tirarse a la piscina para conseguir otro segundo puesto en los 200 estilos. Ambas carreras tuvieron un nivel extraordinario. Coutts consiguió establecer su mejor marca personal, el primero de los objetivos de cualquier nadador en una gran competición: hizo 56,94s en 100 mariposa y 2m09s en 200 estilos. Sin bañador de poliuretano este tipo de logros tiene un mérito especial.

Mireia Belmonte, la mejor nadadora del equipo español, había hecho marcas suficientes como para estar en la final de 200 estilos luchando por tocar la pared junto con Coutts. Lo habría conseguido si hubiera mejorado su mejor marca personal de 2m10,37s. Pero no lo hizo. Al contrario, nadó mejor por la mañana que por la tarde, contra la tendencia lógica de la demanda de competición. Cuando le preguntaron qué es lo que le había ocurrido dijo: "No he podido descansar bien. Me he sentido muy pesada de piernas. No sé lo que me ha pasado. No tengo una explicación".

La federación española ha puesto todas sus esperanzas en el éxito de Mireia Belmonte. Es la mejor carta del director técnico, Luis Villanueva. En el entorno del equipo observan que Mireia es joven aún. Tiene 21 años. Alicia Coutts tiene 24 y está en plenitud de facultades. Sin embargo, la actuación de la australiana en los Mundiales no es la consecuencia espontánea de una larga espera infructuosa. Cuando Coutts tenía la edad de Mireia ganó un oro en los Juegos de Pekín, en los 400 estilos, y fue quinta en 200 estilos. Mireia Belmonte tiene un talento descomunal y sin embargo todavía no ha sido capaz de alcanzar una final en unos Mundiales o en unos Juegos. El tiempo empieza a correr en su contra. Shanghái le ofrece la posibilidad de reaccionar. Le quedan por nadar los 400 estilos, los 200 mariposa y los 800.

Aschwin Wildeboer reveló, tras su intento fallido, que su preparación no ha sido la adecuada. Que no ha llegado a punto, en su mejor momento, a la semana más importante del año. "Se ha nadado muy rápido y por lo visto no estoy en el mejor momento de forma", dijo. "No lo esperaba. He estado nadando muy rápido en semanas de volumen y con mucho cansancio marcas que me valían para estar en la final. Habrá que sentarse y ver a dónde está el problema".

Marina García, durante su semifinal
Marina García, durante su semifinalEFE

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