Feliciano reacciona, Tsonga apea a Ferrer
El toledano salva dos bolas de partido en el tercer set y remonta desplegando su mejor tenis ante el polaco Kubot (3-6, 6-7, 7-6, 7-5 y 7-5).- El francés no concede opción al alicantino (6-3, 6-4 y 7-6)
Feliciano López cerró la primera semana liderando la estadística de los tenistas con más golpes ganadores (166), más que el mismísimo Roger Federer (127). Difícil que alguien le arrebate ese liderazgo tras el partido de ensueño de hoy, en el que sumó 80 más, levantó dos bolas de partido en contra, remontó dos sets y doblegó finalmente a un Kubot brillante al principio y orgulloso después. El toledano despertó a tiempo y ganó (3-6, 6-7, 7-6, 7-5 y 7-5) desplegando en la segunda parte su mejor tenis, su revés cortado y su volea definitiva. El español llega a los cuartos de Wimbledon, meta que había alcanzado dos veces en su larga carrera (se trata de su 39º Grand Slam, 38º consecutivo). Y lo hizo a costa del polaco, que disputaba su noveno grande con 29 años.
Fue un partido igualado en todo: aces (Feliciano, 28; Kubot, 27), doble faltas (6; 8) y golpes ganadores (80 cada uno). Únicamente fue más fino Feliciano en los errores no forzados, 20 suyos por los 27 del polaco. Se corrigió a medida que el partido, de más de cuatro horas, iba avanzando. El español entró en la pista aletargado y regaló el primer punto de break, que condicionó toda la primera manga, con una doble falta. Al contrario, Kubot empezó enchufado. Lució unas voleas impecables y no titubeó nunca cuando había que subir a la red. Feliciano entregó el primer set en 28 minutos. En el tie break del segundo, en contra de lo que se había visto hasta ese momento, de los 12 puntos, solo tres llegaron con el servicio.
Después de ese loco desempate, que favoreció al polaco, Feliciano se mantuvo firme y allí estuvo su mérito. Llegó hasta el segundo desempate consecutivo tras recuperar un break en contra y levantó dos bolas de partido. Allí empezó la remontada. Kubot empezó a delatar nerviosismo, tocándose una y otra vez su gorro mientras iba a sacar. Feliciano, que después del punto decisivo del cuarto set gritó hacía la grada: "¡Te lo había dicho!" una y otra vez, se reencontró con el estilo que sobre la hierba inglesa ha lucido como sobre ninguna otra superficie. Nada fue fácil, no se desmoronó el polaco y Feliciano tuvo que sudar hasta el final. Ya está entre los ocho mejores.
Tsonga, un ciclón
Si Kubot fue un hueso, más difícil parece plantarle cara a Jo Wilfried Tsonga cuando el francés juega confiado y suelta el brazo. Una derecha que, cuando está punto, busca de forma permanente las líneas y hace estragos desde el fondo de la pista, donde David Ferrer esprintaba de un lado a otro para intentar devolver los endiablados proyectiles del tenista francés. En apenas 28 minutos resolvió la primera manga el de Le Mans, directo, profundo en su juego, letal en su drive y que en Wimbledon nunca ha ido más allá de cuartos.
Lo intentó Ferrer, que pateó toda la pista y propuso un tenis combativo para frenar las embestidas de su rival, y respondió Tsonga, que con un porcentaje elevado de primeros (70%) en el primer acto y nueve golpes ganadores no le concedió ninguna opción al alicantino. Resoplaba el de Jávea en medio de un ritmo frenético, de un duelo eléctrico, aunque no consiguió poner freno a la ofensiva y entregó finalmente el set.
Tampoco se alteró el guion en el segundo, con Tsonga revoloteando sobre el tapete y enviando bolas con violencia al terreno de Ferrer, peleón como pocos, pero constantemente a merced de los vertiginosos golpeos del galo. Se niveló la balanza, con empate a tres juegos, y ambos afilaron su servicio con tres aces por cabeza, pero el francés volvió a imponerse, ganó terreno y encarriló su triunfo (6-3, 6-4 y 7-6), sellado en un tercer set en el que Ferrer vendió muy cara su derrota. El español se queda en el camino.
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