España tiene futuro
La selección sub 21 se proclama campeona de Europa tras vencer a Suiza con un gol clásico de Herrera y una obra de arte de Thiago
La triple corona ya es un hecho. España también es la mejor selección de Europa en cuanto a los jóvenes talentos. Ayer se proclamó campeona de Europa sub 21 doblegando a Suiza, un gran equipo, en una magnífica final. Su título y su juego garantizan el relevo generacional en una selección que ya juega cuesta abajo, con una idea definida, un talento innato y una ambición de disfrutar con el juego por encima de racanerías tácticas o impulsos físicos. El título conseguido ayer en Dinamarca es algo más que una línea en su historial. El de ayer era el tercer título de España sucediendo a los conseguidos en 1986 (con Calderé, Sanchís, Roberto y compañía) y el de 1998, con Guti, Salgado o Valerón. Es la garantía del futuro. Asegurarse un período de continuidad, con una idea, un estilo, con los futbolistas adecuados para llevarlo a cabo.
Era el mejor partido del campeonato y el destino quiso reservarlo para la final, sin que accidentes extraños impidieran el espectáculo previsto. España lleva el fútbol en las venas; Suiza, ha comenzado una transfusión de lo más regeneradora gracias a la sangre de los Balcanes. Tal gusto por el fútbol y jugándose un título europeo no podía anunciar un partido explosivo sino más propio de los servicios de inteligencia. España tomó posesión del campo desde el inicio y sobre todo del balón, mientras Suiza se amparaba en su capacidad de sorpresa con su línea de ataque. Fútbol táctico, futbol seleccionado en busca de una rendija que anunciara la victoria. Javi Martínez, Thiago y Herrera custodiaban la sala de máquinas mientras el resto se movía a su alrededor. Suiza, dirigida por Lustenberger, se movía con menos fe, fruto del paso voluntario hacia atrás como esperaba España que hiciera. Ni Shaquiri ni Mehmedi, sus figuras, tenían la presencia deseada. El primero tuvo el honor de ser el primero y el único de su equipo que puso a prueba a De Gea con un disparo seco que el guardameta repelió.
España jugaba y amagaba, como si amasara el partido en busca de su momento de inspiración. La intuición funciona en el equipo de Milla que jamás se descompone y sueña con el gol. La inspiración llegó de un centro de Dídac, un lateral larguísimo que alterna centros magníficos con piedras pesadas. Ayer le salió el arte y puso un balón precioso, tocado, con rosca para que Herrera lo peinara a la red. Otra vez el gol de España llegaba con una jugada clásica: se elabora en el centro, se cuece en el costado y el golpe de horno se da en el área, llegando desde atrás. Por más vueltas que, para bien, se le da al fútbol siempre tiene un rincón para los orígenes. Herrera ha sido como el guardián del campeonato. Lo abrió ante Inglaterra y lo comenzó a cerrar ante Suiza. Si duda tiene el don de la oportunidad.
El broche, sin embargo, le correspondió a Thiago. Sin duda, es un futbolista especial, distinto, con una mezcla de masía y Brasil que le hace ser un espectáculo en sí mismo a pesar de su juventud. Es pura alegría dentro y fuera del campo. Cuando juegas junto a él parece imposible que alguien pueda romper el balón a pelotazos. Sería un insulto. Tras una falta a Muniain en la línea de tres cuartos, el centrocampista del Barça la puso directamente por encima del portero en el colofón más espectacular que podía imaginar el torneo. Dice Thiago que a él le sale el fútbol así, que no es soberbia ni amaneramiento. Que es lo que le sale. Y le salió a la perfección. Como a España. Un canto a la imaginación. Al futuro.
Bielorrusia, bronce y Juegos
La selección sub 21 de Bielorrusia no pasará a la historia por su futbol pero si por haber logrado clasificarse para los Juegos Olímpicos de Londres 2012 tras superar a la República Checa (1-0) que partía como candidata al título europeo. Un gol de Filipenko en el minuto 88 le resarció de la decepción que le invadió tas el gol de Adrián en el minuto 89 que les llevó a la prórroga y a la derrota posterior en semifinales. Ayer consiguió mucho más de lo que esperaba. Su sueño comenzó cuando eliminó en los play off de acceso al europeo a Italia, a la que remontó un 2-0 en el partido de ida. Italia es el rey de la sub 21 con cinco títulos en su haber. Los bielorrusos, con un fútbol castrense y unos futbolistas con aspecto de infantería de marina, se han plantado en los Juegos cuando se les consideraba in vitados a una fiesta que no tenían prevista. Curiosamente, el gol lo consiguió Filipenko, el genuino representante de esta selección: un bigardo de anchas espaldas que tumbó a otra colección de bigardos checos. El fútbol del este, poco evolucionado, consiguió meter a un representante en Londres 2012, y fue el más genuino, el más clásico, el menos evolucionado, pero el más eficaz. Quizás no se le podía pedir nada más. Y con lo que tuvo hizo más de lo que pudo. Otros más genuinos futbolísticamente se quedaron en el camino.
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