Fe en el Depor
A pesar del descenso a Segunda División, los aficionados ya hacen colas en Riazor para sacarse el abono de temporada
El Depor no estará solo en Segunda División. La masa social deportivista, siempre latente, emergió con fuerza en las últimas jornadas de la pasada Liga -que consumó el descenso del equipo- ya hace colas para sacarse el abono de la próxima temporada, cuando aún restan más de dos meses para que comience el campeonato. "Ha ocurrido algo inédito en los 23 años que llevamos al frente del club", apunta el presidente Augusto César Lendoiro; "en una semana hemos sumado más altas de socios que en todo el año pasado. Lo normal es que a este ritmo en la primera semana de julio ya tengamos 5.000 nuevos abonados, cuando en la Liga pasada a estas alturas no habíamos hecho ni 40. La respuesta es muy superior a la que hubo cuando el camina o revienta de 1988".
Hay una explicación económica a toda esta efervescencia porque quienes retiren los abonos antes de final de junio se ahorrarán un 20% en su coste y quienes se den de alta evitarán pagar 30 euros de concepto de inscripción. Pero el fenómeno emociona a Lendoiro "Cuando juega el Depor, juega la ciudad y no solo eso, sino que estamos recibiendo un número significativo de altas de fuera de A Coruña y sobre todo de jóvenes que nunca han visto a su equipo en Segunda y que nos están dando una lección magistral", asegura con la voz quebrada antes de recuperar el aire y zanjar -ante las preguntas de un periodista que le hizo ver que todo está muy bien, pero que la afición ahora quiere fichajes por más que no sobre dinero y la mitad de los ingresos que recibe el club por traspasos vayan directamente para la Agencia Tributaria-: "Hay que tener fe. Fe para creer en lo que no se ve".
Es la cuarta vez en la historia que Lendoiro llama al aficionado deportivista. La primera se remonta a 1988, cuando nada más llegar al club acuñó un lema: "camina o revienta". El club había estado a punto de bajar a Segunda B, salvado tras un gol en el minuto 94 de Vicente Celeiro al Racing. En tres temporadas, se triplicó el número de abonados y el equipo pasó de las catacumbas a la Primera División. En la segunda, en 1992, se produjo la conversión en sociedad anónima. Y Lendoiro ofreció dos acciones a cada abonado a cambio de adelantar el dinero de los carnets de acceso al estadio de los tres siguientes años, de manera que si suscribía las acciones una temporada le salía prácticamente gratis y aseguraban su asiento en el estadio. La respuesta fue masiva y aunque el club jamás facilitó listados, más de 20.000 personas suscribieron sus acciones y dieron el primer soporte económico para edificar el Súper Depor.
12 años después, en 2004, justo cuando el equipo tocaba la cumbre europea con una semifinal de Liga de Campeones ante el Oporto, Lendoiro volvió a invocar a socios y abonados. Hizo ver que la entidad necesitaba una inyección de 60 millones de euros para mantener el nivel competitivo y volvió a ofrecer la opción de adelantar el pago de los abonos a cambio de similares ventajas a las de 1992. Pero solo recaudó tres millones por esta vía. "En la fallida ampliación de capital está el origen de lo que nos ocurre ahora. No conseguimos el apoyo necesario para mantener el nivel de Champions, muchos miles no lo hicieron y sobre todo los más poderosos", asegura sin titubeos el presidente deportivista. Entonces un anuncio recorrió media Galicia, en el se veía a un aficionado pidiéndole un título de Liga a un santo que llevaba una bufanda blanquiazul. Apiadado ante tal demanda, al santo se le caía la lagrimita y hacía posible la gesta. Crecido, el aficionado pedía la Copa del Rey. Y el santo, ya lanzado, le dio el Centenariazo. Al fin, cuando el forofo le pidió la Champions, el santo, con retranca autóctona y una fisonomía en la que algunos quisieron ver un cierto paracido con Lendoiro, suelta una carcajada y espeta: "Los milagros los tenemos que hacer entre todos".
Ahora el mismo santo reaparece y con idéntica bufanda al cuello sirve da pie a un nuevo llamamiento. "Fe en el Depor", es la nueva campaña para captar abonados y garantizar que el equipo afronte arropado el purgatorio en Segunda División. Pero, por una vez, Lendoiro llega tarde. Ya hay colas en Riazor.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.