Un mundialista para volver a Primera

No son muchos los equipos de Segunda División que se puedan permitir tener a un mundialista en sus filas. El Granada, que ascendió hace un año a la categoría de plata y que ahora pelea por lograr un histórico retorno a Primera, tiene nada menos que dos. Al ghanés Jonathan Mensah se sumó el pasado verano Fabián Orellana (Santiago; 1986). Los dos llegaron cedidos por el Udinese, italiano, cuyo propietario es dueño también del club andaluz. El menudo y escurridizo atacante chileno ha sido un fijo en las alineaciones de Fabriciano González, Fabri, que lo mismo le ha utilizado en cualquiera de las bandas que como segundo delantero por el centro. Ha metido siete de los 71 tantos que convierten al Granada en el cuarto equipo más goleador del campeonato -solo el Betis y el Barcelona B, con 85, y el Rayo Vallecano (73) le mejoran- y esta noche, en el Nuevo Los Cármenes, tratará de ser decisivo en la remontada que su equipo necesita ante el Celta (1-0 en la ida) para avanzar en los play-offs de ascenso (21.00; C+ Liga y Gol TV).

"Es rápido, habilidoso y tiene desborde en el uno contra uno", explica Fabri. "Lo que más le define es el desequilibrio que produce", añade su compañero y capitán, Manolo Lucena; "es muy valiente, rápido en el regate, siempre encara y tiene algo muy bueno que no tienen otros jugadores de sus características: es muy generoso. Ante la portería siempre busca la asistencia". Álex Geijo, máximo goleador del Granada esta temporada, va aún más allá: "Técnicamente es un superdotado. Para un delantero centro como yo es muy bueno". "De mí no se ha ido ni una vez en los entrenamientos", bromea Lucena antes de rematar: "Le ves cuando te encara y no sabes ni por dónde va a salir".

Aunque llegó cedido por el Udinese, el fútbol español no es una novedad para Orellana. El club italiano ya se lo prestó la temporada pasada al Xerez, con el que jugó en Primera. Acabó descendiendo, pero el chileno se ganó la llamada de Marcelo Bielsa para jugar el Mundial de Sudáfrica con su selección. Disputó el último partido de la fase de grupos, contra España. Antes, en la fase de clasificación, había anotado el gol de la victoria ante Argentina que encarriló el pase de los chilenos -además de suponer la primera victoria de Chile sobre la albiceleste en partido oficial, lo que le valió entre sus compañeros el apodo de El Histórico- y contribuyó con una diana a la goleada en Colombia (2-4) que lo certificó matemáticamente.

Su buen rendimiento global esta temporada ha tenido dos peros: su fuerte carácter le ha costado tres expulsiones y en algunos momentos le ha faltado regularidad. "Quizás es la única pega, que él mismo se pone", reconoce Lucena, quien, no obstante, le ve enchufado en estos días. "En los dos o tres últimos partidos de Liga tal vez no estuvo al nivel acostumbrado, pero en Vigo se volvió a ver a un gran Orellana. Trabajó muchísimo en defensa, cerró muchos espacios y en ataque buscó soluciones". Su entrenador, sin embargo, considera que su aportación fue "baja". "Lo puede hacer mejor a nivel global. No fue su mejor partido en este equipo", concede Fabri, que no avanza si hoy será titular.

El capitán, en cualquier caso, apuesta a que será importante en la vuelta: "Confío mucho en él, estoy convencido de que nos va a dar mucho en el partido contra el Celta". "Los jugadores como él siempre tienen que ser decisivos en partidos como estos", sentencia Geijo. Hoy, más que nunca, estará muy pendiente de los movimientos del eléctrico delantero. Está en juego la posibilidad de seguir peleando por volver a Primera 35 años después.