La aventura griega de Xabi Gracia
El navarro firma por el Olympiakos Volos tras ser despedido como técnico del Villarreal B
En poco más de un lustro, Xabi Gracia (Pamplona; 1970) ya ha experimentado la gloria y los sinsabores de estar en un banquillo. Despedido hace menos de un mes como entrenador del filial del Villarreal, al navarro no le ha dado prácticamente tiempo de airearse y, con la maleta a cuestas, ya afronta su próximo reto: Grecia. El Olympiakos Volos, un modesto equipo de la Superliga helena que este año logró el pasaporte a la Liga Europa por primera vez en su historia, le ha reclutado para que les guíe la próxima temporada.
Allí, en una localidad que no supera los 142.000 habitantes, el preparador pamplonés se topará con una verdadera Torre de Babel en el vestuario. A los nativos griegos se unen futbolistas de nacionalidad rusa, suiza, eslovena, francesa, ghanesa, albanesa, argentina y también española. En concreto, dos jugadores: el centrocampista manchego Noé Acosta y el alicantino José Manuel Roca, exguardameta del Real Madrid Castilla.
A orillas del mar Egeo, Gracia se encontrará en Volos un magnífico estadio, el Panthessaliko, sede de la competición futbolística en los Juegos de Atenas en 2004, y una afición volcánica que, después de disfrutar de una temporada de ensueño, en la que su equipo concluyó quinto en el campeonato desde su fundación en 1937, confía en festejar nuevas hazañas de los suyos.
No le falta expediente al navarro, cuya etapa como jugador transcurrió desde Lleida hasta Córdoba después de hacer paradas en Valladolid, San Sebastián (donde disputó 106 encuentros y vivió su etapa dorada como futbolista con la Real Sociedad) y Villarreal, su último desafío. En el cuadro castellonense tejió sus primeros mimbres como técnico, con los juveniles, para embarcarse después en un doble periplo en Pontevedra y Cádiz, en el que permaneció dos años y del que fue despedido, paradójicamente, tras encajar una goleada contra la Real.
Arrancó de forma brillante esta temporada, de vuelta en Villarreal, a los mandos del filial amarillo. Pero los resultados empañaron de forma progresiva la valiente propuesta del equipo y, a falta de tan solo cuatro jornadas del epílogo de Segunda, la directiva de Fernando Roig decidió su destitución fulminante. Ahora su idea de fútbol se marcha a Grecia.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.