El Obra asciende en la cancha
El equipo santiagués vuelve a la ACB un año después al derrotar al Burgos en el cuarto partido de la serie final
Un ascenso sin togas ni sentencias. Lejos de los tribunales. En el parqué, como los de toda la vida. Y por la vía rápida: tres a uno en la última eliminatoria contra el Autocid Burgos para que el viejo Club Amigos de Baloncesto Obradoiro, apodado ahora BluSensMonbús, regrese a la ACB. El único equipo que había vencido al Obra dos veces en la liga regular aguantó cuatro asaltos en el cruce definitivo por el ascenso. Y eso que el Autocid, arropado por su público, son 12 campeadores prestos a morir en cada bloqueo, a discutir los rebotes en ambas zonas y a bordear, muchas veces por fuera, el reglamento en defensa.
Ambas escuadras se habían medido tres veces en la última semana y cada una logró defender su feudo. Obradoiro y Autocid conocían sus armas e interpretan de memoria cada estrategia del rival. Burgos jugó duro. En ocasiones,muy duro, a lo largo de toda la eliminatoria. Los jugadores del Obradoiro, plagados de moretones, prometieronmás intensidad en el último partido y su defensa dejó a los burgaleses en solo cinco puntos durante el primer acto.
A partir de ahí, los santiagueses fueron siempre por delante y cuando el Burgos intentó apretar, apareció el estilete de la Liga. Alberto Corbacho, alero finito, silueta de yugoslavo, endosó sus últimos cinco triples, hasta sumar 38 en la fase de ascenso. Con 21 puntos, acribilló a la defensa rival. Acompañaron bajo los aros dos perros viejos, Oriol Junyent, y sobre todo Bob Hopkins, 38 años, abuelo de la categoría, que sumó 14 puntos y seis rebotes cuando el equipo empezaba a titubear en la segunda parte. Y también Andrés Rodríguez, base puertoriqueño, al frente de la batuta del baloncesto coral y de un equipo que anoche siempre fue por delante hasta el 64-75 final.
Por esas cosas que tiene el baloncesto y ningún otro deporte, El Plantío acabó ovacionando al Obradoiro. Y los 160 de Santiago le devolvieron el aplauso a los locales. Y luego todos juntos, jugadores incluidos, entonaron elMiudiño. Fue el epílogo del año uno tras la resurrección del Obra. La temporada anterior, el equipo, perdido durante dos décadas en categorías de medio pelo, revivió gracias a la sentencia del Tribunal Supremo que dirimíó una alineación indebida del Murcia 20 años atrás. Ahora sube en la cancha, para delirio de una plaza ávida de baloncesto. Los más laicos de la ciudad del Apóstol ya tienen una segunda Ascensión que celebrar esta semana.
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