De tú a tú con los más grandes
Con dos golpes de genio, Contador gana con claridad un Giro marcado emocionalmente por la muerte de Weylandt.- El de Pinto suma ya su sexta gran vuelta
Al Giro lo anestesió, lo conmovió emocionalmente, la caída y muerte de Wouter Weylandt, ciclista belga que había partido con el dorsal 108 y no pudo terminar la tercera etapa, el lunes 9 de mayo. No llegó a Rapallo, se quedó en una curva del paso del Bocco. Recuperado del shock, al Giro, a la posibilidad de una pelea abierta por la victoria, lo anestesió Contador en dos días.
Felice Gimondi dice que Contador ha sido tan superior a todos que ha hecho lo que ha querido, y habrá que disculparle al héroe bergamasco su pobreza expresiva. Gimondi, en el fondo, no es más que uno de los ciclistas más queridos en Italia, no un hombre que viva de buscar frases únicas. Vincenzo Nibali, el que debería haber sido el rival, tampoco ha sido muy original cuando le ha llamado marciano al chico de Pinto, cuando ha asegurado que Contador corría con una marcha de más.
Lo suyo es pedalear, claro, pero en el fondo repite lo que lee en los periódicos, lo mismo que se leía ayer en la prensa italiana, por ejemplo, pero no para describir la forma en la que Contador, uno que ya puede hablar de tú a tú con los más grandes de la historia, con Merckx, con Hinault, con Coppi, con Anquetil, se ha adueñado de la carrera, sino para referirse a lo que significan el Barça tras su cuarta Champions, por la forma en que la conquistó, claro, y Messi en el concierto futbolístico universal. De esos niveles se habla después de ganar su sexta gran carrera: tres Tours, dos Giros y una Vuelta a España.
Después del invierno más duro de su carrera, psicológicamente agotador, y en medio de interrogantes que ponían en duda su credibilidad, en un ambiente a veces irrespirable, Contador se enfrentó a un Giro muy complicado -y trazado a su medida, como se observó después- con la frialdad de un cirujano, con la voluntad de un condenado. "El Giro lo he preparado muy bien, a conciencia. He estado muy, muy bien, es el fruto de ese trabajo, pero no sé si mejor que nunca. Es de los mejores momentos de mi carrera. Otras veces también he estado a este nivel, pero sí que estoy más bajo de grasa que nunca", dice.
Lo analizó sobre el papel, reconoció algunas etapas, evaluó pros y contras, y con dos golpes certeros -dos tajos de bisturí inesperados, geniales, un ataque en Tropea, un repechito de un kilómetro, que dejó con la boca abierta a sus rivales; y un ataque en el Etna, que los dejó asfixiados-, lo sentenció. Fiel a sus costumbres -Contador, cuando coge un liderato nunca lo suelta, sea por una semana, como casi siempre, sea por 13 días, como en este Giro- llegó de rosa a Milán. "Me encanta ser líder. Ir por delante siempre es bueno", dice. Consiguió un triunfo que cree que abogará por su credibilidad, que alimentará la fe de tantos en su virtud. "Pero no corro contra el pasado, solo para mi gente y para divertirme".
"He corrido con la cabeza fría, he aprovechado las dudas de mis rivales", dice Contador, que de líder manejó con sabiduría las etapas: a su alrededor, todos los equipos que querían conseguir algo preferían aliarse a sus intereses antes que desafiarle. En la fórmula afortunada de Igor Anton, que logró su objetivo de una victoria de etapa mítica: "Nadie regala nada, pero Contador es inteligente". "Me he guiado todo el Giro por el instinto, por lo que me dictaba el cuerpo", explica el ciclista de Pinto.
Para muchos, para Giuseppe Martinelli, su director en 2010, entre otros, en ningún momento Contador ha llegado a producir al 100% de su capacidad. "No lo ha necesitado", dice el técnico italiano. "Jugaba tan a su favor el recorrido que ha hecho una carrera de control, muy medida". Contador protesta, claro: "No ha sido tan fácil. Me han dolido las piernas todos los días".
Aunque él quiera fomentar la intriga -"aún no he decidido si iré al Tour, tengo que ver cómo me recupero y hablar con el equipo", dice- a Contador le espera el Tour, al que llegará como máximo favorito, dispuesto a disipar las dudas de 2010, la dificultad que tuvo para batir a Andy Schleck. Los expertos avisan: "Cuidado, que pese a lo que ha podido parecer, el mejor Contador sigue siendo el del Tour de 2009, el de la ascensión a Verbier, el de la contrarreloj de Annecy". ¿Marciano?
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