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Nadal juega con fuego

El mallorquín, desdibujado, necesita cuatro horas para remontar ante Isner y cierra su primer partido a cinco sets en París

El tren de la historia se acerca retumbando a la central de Roland Garros mientras Rafael Nadal se pasea por el alambre ante el estadounidense John Isner. Nunca ha perdido el campeón, defensor del título, en primera ronda de Roland Garros. Nunca ha jugado el mallorquín cinco sets en la catedral de la tierra, que le ha visto levantar cinco trofeos. Y nunca, pese a su lento despertar de siempre en París, donde tradicionalmente se le atraganta el debut, sufrió tanto el número uno, jugó con menos tino ni se le indigestó un rival como el número 39 del mundo: el mallorquín se clasificó (6-4, 6-7, 6-7, 6-2 y 6-4 en cuatro horas) para segunda ronda tras ir perdiendo dos sets a uno (6-4, 6-7 y 6-7) un encuentro que tenía comodísimamente encarrilado (6-4 y 4-2).

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Los cuervos llegaron a la Philippe Chatrier convocados por los tremendos saques de Isner y los errores del campeón, de borrón en borrón en los desempates de la segunda y tercera mangas. El marcador llenó el encuentro de angustias, rota la grada en su apoyo al estadounidense, timidísimos los gritos que querían rescatar al campeón de vivir una tarde histórica. El mallorquín sobrevivió impulsado por la capacidad competitiva y el reloj, que fue quemando las piernas del gigantón estadounidense (2,06m), deshecho en resoplidos.

Fue un partido mal jugado y mal competido por el español hasta que se vio contra las cuerdas. Nadal, previsible en su planteamiento, avanzó con más frecuencia de la que indica el marcador sobre el saque de Isner, pero no lo aprovechó casi nunca, ni siquiera cuando eso le daba la llave en el partido, como el 5-6 y 15-40 de la tercera manga. El estadounidense tuvo en esa ocasión dos saques supersónicos (225 y 224 kilómetros por hora, respectivamente), pero muchas otras veces fue el número uno quien estuvo timorato, lleno de aspavientos y malos apoyos. Cuando un especialista en el juego de fondo pierde sobre tierra dos tie-breaks tan claramente contra un especialista en el servicio, es que algo no marcha.

De la tensión del encuentro dio fe Toni Nadal, tío y entrenador del número uno. "¡Vamos! ¡Vamos!", explotó, cerrado el puño, cuando su sobrino logró la rotura decisiva en la quinta manga.

El español jugará ahora contra Pablo Andújar, un especialista en arcilla, campeón este año en Casablanca. Esas credenciales, sin peso normalmente contra el mejor del mundo, convierten al tenista de Cuenca, un hombre inquieto, interesado estos días por los acontecimientos de la plaza de Sol, en un termómetro. No mide solo cómo está el juego de Nadal, si la de hoy es la realidad o un espejismo. Cuenta, también, cómo está el corazón del número uno: roto por las derrotas ante el serbio Novak Djokovic o recuperándose para disputarle el título.

Nadal, durante el partido ante el estadounidense Isner.
Nadal, durante el partido ante el estadounidense Isner.CHRISTOPHE ENA

Verdasco y Andújar pasan de ronda, Almagro y Gimeno-Trever se despiden

Ha sido un día agridulce para los españoles que se estrenaban hoy en el Roland Garros. Mientras Nadal sufría más de lo previsto para doblegar al estadounidense Isner, Pablo Andújar, que se medirá con el número uno del mundo en la siguiente ronda, solventó en solo tres sets (7-6; 6-3 y 6-3) su duelo ante el colombiano Santiago Giraldo. También Verdasco cumplió al derrotar al argentino Juan Mónaco en cuatro mangas (6-2; 7-5; 4-6 y 6-4).

Las malas noticias para España llegaron de Nicolás Almagro, que el pasado sábado se proclamó campeón en el torneo de Niza y que hoy no pudo con el polaco Lukasz Kubot, número 122 del ranking. Perdió en cinco sets (3-6; 2-6; 7-6, 7-6 y 6-4). Tampoco consiguió superar la primera ronda Daniel Gimeno-Traver, que se rindió ante el holandés Robin Haase sin casi oponer resistencia (2-6; 6-7; 3-6).

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