Un campeón del mundo, en el barro del descenso
Edmilson ha perdido la titularidad en el Zaragoza pero subraya su papel en el vestuario con vistas a la cita decisiva de hoy
Seis equipos luchan por no obtener el último billete para el infierno. Es decir, el descenso a la Segunda División, donde ya se precipitaron el Almería y el Hércules. Entre los más de 100 jugadores en las plantillas del Mallorca, Real Sociedad, Osasuna, Deportivo, Getafe y Zaragoza -los equipos en el fango- hay solo un campeón del mundo. El brasileño Edmilson (Sao Paulo; 1976), que ganó el Mundial en 2002, milita en el Zaragoza, que tiene 42 puntos y es el que peor está en la tabla; el único al que una derrota en el partido ante el Levante (22.00, PPV) condenaría al descenso, independientemente de los resultados de los otros campos. Por otro lado, una victoria le garantiza la permanencia, sin estar pendiente de los transistores, dado que la Real Sociedad -44 puntos- y el Getafe -43- (22.00, La Sexta y Autonómicas) se restarán puntos entre ellos en Anoeta.
Edmilson no tuvo muchas oportunidades para lucirse este año y, después de una primera vuelta en la que consiguió disputar ocho partidos de titular, en la segunda parte solo dispuso de unos minutos frente a su exequipo, el Barcelona. El brasileño, de 35 años, asegura que ha interiorizado el papel que le ha tocado jugar esta temporada. "He asumido el rol de padre en el vestuario, junto a Contini. Doy consejos y procuro que los más jóvenes no se despisten y hagan las cosas bien", comenta Edmilson, al que el devenir del equipo no le ha beneficiado. "La clasificación te empuja a jugar feo, siempre estuvimos luchando por no estar abajo y esto te obliga a pelear y a defenderte más que a disfrutar del fútbol", explica el medio centro, que estaba acostumbrado a jugar en equipos en los que primaba el buen trato a la pelota: su selección, el Barça de Rijkaard, con el que ganó dos ligas (2004 y 2005) y una Liga de Campeones (2006), y el Villarreal de Pellegrini, en el que estuvo unos meses en 2008 antes de irse a buscar la titularidad perdida en el Palmeiras.
"Cuando llegó Aguirre (que sustituyó a José Aurelio Gay tras la décima jornada) intentó un juego más airoso, pero las exigencias de la clasificación le obligaron a cambiar", relata Edmilson. Pese a las preferencias del brasileño, el propio técnico mexicano ve la clave para el duelo de hoy en la actitud defensiva del equipo. "El orden y la puerta a cero van a ser claves para este partido", declaró ayer en la rueda de prensa el técnico, convencido de que el Zaragoza tendrá a lo largo de los 90 minutos la ocasión para marcar. "Mis jugadores han soportado de todo esta temporada y con eso se han ido fortaleciendo, han crecido y están muy sólidos", añadió el técnico, que no tiene dudas sobre las opciones de salvación del equipo. "No es soberbia, porque respeto al Levante, al que considero el equipo revelación, pero no se juega nada y nosotros todo, y eso se tiene que notar", concluyó el técnico.
Pase lo que pase esta tarde, Edmilson ya ha decidido su futuro. "No me quedaré en Zaragoza, no quiero ser un secundario. Me encuentro en condiciones de jugar por lo menos una temporada más o dos, como medio o como central", declara Edmilson; "desde enero tengo dos o tres ofertas y ahora que se vuelve a abrir el mercado las evaluaré". El futbolista subraya, no obstante, el compromiso con el equipo aragonés. "Me he portado como un profesional, y, dado que lo he hecho poco en el campo, espero haber contribuido en el vestuario. Somos un equipo joven, pero muy fuerte y yo estoy procurando que los que jueguen estén bien, que estén confiados, y que la presión sea un estímulo más". Una presión que esta noche será de infarto. Aunque no para Edmilson.
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