"Es difícil pensar en fútbol cuando van a demoler tu casa"
Indignación en el Lorca por la negativa de la Federación murciana a suspender su partido contra el Estepona tras el terremoto
"Todavía nos tiemblan las piernas", relata José Carlos Olivares, capitán del Lorca Atlético, cuando rememora el episodio al que tuvo que hacer frente la plantilla del equipo murciano el pasado miércoles, cuando una doble sacudida de la corteza terrestre resquebrajó de arriba abajo la localidad, hizo trizas sus viviendas y se cobró nueve vidas. "Escuchábamos la charla del mister y, de repente, comenzaron a tambalearse las paredes del vestuario. ¡Parecían de papel!", reconstruye el futbolista. Aquella fue solo la primera embestida, de 4,5. "Salimos corriendo de forma instintiva". La segunda, de 5,1, les pilló ya en un parking descubierto anexo al estadio Artés Carrasco.
Hoy, tres días después de la tragedia, los técnicos todavía calibran los daños que ha sufrido el recinto, por cuyo césped desfilan ahora vehículos militares y se asienta un improvisado hospital de campaña. "Impresiona, la imagen es surrealista", señala Cristóbal Sánchez, presidente de la entidad. Al igual que otros muchos ciudadanos, numerosos miembros de la plantilla pasaron la noche al intemperie, en la playa, por el miedo a otro temblor. "Muchos se han quedado sin casa", subraya el mandatario, que al día siguiente solicitó a la Federación murciana el aplazamiento del duelo liguero contra el Estepona.
Encuadrado en el grupo IV de la Segunda División B, el Lorca se juega este fin de semana una gran parte de sus aspiraciones para conservar la categoría. Pese a todo, y pese a la suspensión de otros 30 encuentros, la respuesta del organismo ha sido fulminante. "La Federación opina que debe jugarse el partido, pero se han equivocado por completo. Hasta el presidente del Estepona nos propuso aplazar el partido", apunta Sánchez, que añade: "Por lo visto, consideran que el fútbol está por encima de la tragedia".
Al final, con el miedo encallado en el cuerpo, los miembros del equipo lorquino deberán desplazarse mañana a Murcia, en donde saltarán al campo de la Nueva Condomina para defender su plaza en Segunda B. "Han sido unos días muy duros. Es imposible pensar en fútbol cuando están a punto de demoler tu casa", agrega el capitán, Olivares; "las condiciones son muy especiales. Deberían tener un poco de sentido común, tener un poco más de sensibilidad. Parece que para ellos el partido es lo más importante". En total, la mitad de las viviendas de los miembros de la plantilla lucen una cruz roja, señal de peligro.
Uno de las pocas que salieron indemnes fue la del guardameta Juanmi, situada a las afueras de Lorca, y que esa noche tuvo que acoger a siete de sus compañeros. "Iremos a Murcia a para hacer nuestro trabajo, ganar e intentar dar una pequeña alegría a la gente", indica Olivares; "lo haremos por las víctimas y por todas esas familias que lo están pasando tan mal". Según apunta el presidente, el 50% de la taquilla irá destinado a ayudar a las personas que han salido peor paradas, pero no será la única ayuda. El Valencia de Unai Emery, que se estrenó en los banquillos en el club murciano, donará 6.000 euros y ayer, el reciente campeón de Liga, el Barça, exhibió un mensaje de apoyo: "Llorca al nostre cor (Lorca en nuestro corazón)".
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