_
_
_
_
Entrevista:<i>ROBERTO COCA Comisario jefe de la París-Roubaix</i>

"Esta carrera exige fuerza de piernas y suerte"

Roberto Coca es el comisario internacional vallisoletano al que la UCI ha elegido presidente de los comisarios de la París-Roubaix de mañana (12.30, Eurosport/14.00, Teledeporte). Al otro lado del teléfono dice estar ilusionado antes de la carrera por el gancho que tiene. Es la primera vez que asiste al Infierno del Norte.

Pregunta ¿Qué diferencia a la París-Roubaix de las otras clásicas?

Respuesta Es una prueba mítica. Es la edición 109, solo se dejo de correr durante las dos Guerras Mundiales, y el pavés le da esa aureola legendaria. Aunque mañana esta previsto que haga buen tiempo, todos hemos visto esas llegadas con mucha agua y es dantesco ver a los corredores cómo acaban una carrera llena de caídas y accidentes. De hecho, las zonas de pavés en el norte de Francia se mantienen solo para esta carrera, si no se habrían asfaltado. La carrera tiene 27 tramos de pavés, en total 52 km, todos llanos, a diferencia del Tour de Flandes, donde alfombran los muros, pero no seguidos, sino que se alternan con tramos de asfalto. Además, ahora está Cancellara, que le ha dado una nueva dimensión, sobre todo después de la exhibición del año pasado cuando hubo gente que llegó a decir que llevaba un motorcito en la bicicleta.

P. ¿Es mejor que haga buen tiempo?

R. Agradezco que no llueva, creo que se disfruta más con un día soleado. Aunque, a nivel deportivo, hay a quien le viene mejor un día frío, otros están más cómodos en un día mojado. Con lluvia la carrera se convierte en una prueba física mayor.

P. ¿Qué es lo que marca la diferencia sobre los adoquines de la París-Roubaix?

R. Es una carrera de eliminación y lo que manda son las fuerzas del ciclista. El pavés lo que hace es añadir obstáculos y lo fastidiado es cuando sufres una caída o un pinchazo una vez la carrera ya esta lanzada. El que se queda atrás es muy difícil que vuelva a entrar. Con las carreteras estrechas, los coches están lejos. Mientras que en calzadas normales, cuando se produce un incidente se llama al coche, adelanta por la izquierda y en 10 segundos está allí, en Roubaix puede llegar a tardar un minuto y medio. Esta carrera exige fuerza en las piernas y tener suerte. Aquí en Roubaix, hay muchos accidentes que además suelen sufrir los que van al límite porque no estás fino mentalmente y aumentan las posibilidades de caerte.

P. ¿Cuánta gente no acaba la carrera?

R. Cuando uno ve que no tiene posibilidades de llegar con una distancia razonable se retira, no sufren gratuitamente. En Roubaix, no acaban más de 100-120 corredores de 200. Poco más de la mitad acabarán. Se retiran muchísimos.

P. ¿Cómo se vive la carrera en la zona?

R. El público en el norte de Francia y Bélgica vive el ciclismo de otra manera. Hace tres años hice la Lieja-Bastogne-Lieja y me quede impresionado al ver cómo disfruta la gente este deporte. El corredor es un ídolo. En España no tenemos esa afición, solo si vienen las estrellas, como Contador. Hay un fervor tremendo pero la gente respeta al borde de la carretera.

P. ¿Dado el trazado de la carrera, qué cambia en la bicicleta?

R.La bicicleta en cuanto a los cambios y tecnología es la misma, pero el cuadro es más pesado y más duro para aguantar el pavés y las ruedas son más sólidas. Aunque cuanto más ligero sea el cuadro mejor, en Roubaix, necesitas una máquina que aguante el traqueteo y que se averíe menos, con lo que se necesita que sean más recias.

P. ¿Cómo se ve la carrera desde el coche?

R. Son visiones diferentes. Ese día no disfrutas tanto de la carrera, estás con otra responsabilidad. Lo que rompe la regularidad del ciclismo son los vehículos a motor, que entorpecen al corredor. Ese es mi principal cometido, que cuando se juntan distintos grupos los coches no entorpezcan. Cuando hay un pelotón sólido y una escapada a la que cogen y hay un gran sprint, no hay mucho problema. Es más difícil cuando la carrera está rota, con varios grupos. Mañana habrá muchos grupos y tendremos mucho trabajo. Iremos cuatro comisarios en coche, otros cuatro en moto y tendremos un cronometrador y un juez de llegada, que estarán en la meta. Los otros ocho estamos para controlar la carrera. Saldrán una moto y un coche detrás, y a medida que avanza la carrera el trabajo es ir verificando los grupos que se forman. Siempre la importancia está en el pelotón principal y después la cabeza, el que va por detrás importa menos. La principal dificultad es que tienes que controlar casi cuatro kilómetros entre ocho personas. Tienes que controlar lo que no está delante de tus ojos.

Roberto Coca durante el Tour de Francia de 2007 en el coche junto a Francia Moreau.
Roberto Coca durante el Tour de Francia de 2007 en el coche junto a Francia Moreau.JESUS RUBIO (Diario AS)

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_