La oportunidad de Terry
El central del Chelsea, que falló el penalti decisivo en la final de la 'Champions' de 2008, vuelve a medirse con el Manchester United
Dos escupitajos de camino al balón. Silencio sepulcral en el estadio de Luzhniki de Moscú. Se arregla el brazalete de capitán al tiempo que los compañeros aguardan a la definición final en el centro del campo. Todos agarrados, con sobredosis de adrenalina. La pelota a 11 metros de la línea de gol y Van der Sar, el portero del Manchester United, haciendo el espantapájaros con los brazos abiertos. Inicia la carrera, engaña al guardameta y en el momento de golpear al cuero, un resbalón de lo más inoportuno, una caída imborrable. John Terry ejecutó el penalti decisivo de la final de la Champions de 2008 y, tras el traspié, envió el balón al poste, fuera. Las lágrimas se apropiaron de la enrojecida cara; era una pifia que le costó al equipo el título porque Anelka también erró en el último lanzamiento. Hoy, Terry y el Chelsea tienen la oportunidad de resarcirse, en la ida de los cuartos de final en Stamford Bridge. Enfrente el Mufc, el líder de la Premier que compite como nadie.
"Un resbalón cruel", tituló The Independent, comedido. Menos lo fueron los foros de opinión, donde los propios hinchas blues se ensañaron con su capitán. Mofas tan rabiosas como extensas. "Cuidado, John Terry", anunciaba un cartel amarillo de esos que se ponen en los restaurantes cuando el suelo está recién fregado, con una persona en plena caída. O, "Terry ya tiene una canción favorita: Born Slippy [nacido para resbalar] de Underworld", decía otro. "John Terry va a sacar una nueva promoción, de botellas de un Vodka ruso que marea", remataba un tercero. Terry lloró desconsolado en el vestuario y le costó conciliar el sueño durante un buen tiempo, como desveló el técnico Avram Grant. "Está muy triste, pero él es la razón principal por la que estamos aquí", aclaró el entonces entrenador. Lampard también salió a defenderle: "Es Míster Chelsea; Chelsea de los pies a la cabeza. El ama al club más que a nadie". Todos sabía que no era su penalti, sino de Drogba, expulsado minutos antes.
El recuerdo del lanzamiento fatídico no emponzoña, sin embargo, la ilusión del Chelsea en esta eliminatoria. Resulta que Stamford Bridge es un estadio bien incómodo para los diablos rojos, que en la última década solo han ganado una vez (temporada 2001-02). Suma cuatro empates y seis derrotas. "Todavía no me creo que perdiéramos los dos últimos partidos allí, donde jugamos muy bien", señala Owen. "Fueron grandes actuaciones, con muy buen fútbol y mal resultado. Quizá si jugamos un poco peor podamos ganar...", bromea Vidic, confiado. Entre otras cosas, porque el Mufc tiene el gen competitivo por definición, con muchos problemas defensivos -es baja O'Shea y duda Ferdinand-, sempiternas lagunas en la creación y juego de poca asociación. Pero remata como nadie, como punto y final al pase de entrelíneas de Scholes y a la explosividad de Nani. Golpea Rooney, efervescente en el último tramo de la competición, en paz con una afición que le miraba con ojeriza por querer marcharse pero que con el tiempo la retractación del ariete y sus goles han bastado. Martillea Chicharito Hernández, puntual a la cita con las redes a cada ocasión que se le reclama. Y pone la puntilla Berbatov, tan irregular como decisivo en los días inspirados.
El Chelsea, que solo tiene la baja obligada del capital central David Luiz -llegó en invierno del Benfica, que ya participó en la Copa de Europa-, padece más problemas en el área rival. Torres, el fichaje estrella de invierno, contabiliza ocho encuentros sin marcar, aún por estrenarse. Un problema endémico en las últimas fechas, donde los delanteros (Kalou, Torres, Anelka y Drogba) solo han firmado tres dianas en nueve partidos. Una sequía que le podría penalizar y que inquieta sobremanera al presidente Roman Abramovich, que desde que cogiera las riendas del equipo en 2003 siempre ha tenido la Orejera en el entrecejo. Aunque todo es posible con Ancelotti, que le tiene cogida la medida al rival; le ha ganado cuatro de cinco duelos.
De nuevo terreno favorable para el Chelsea, que, lejos de la Premier, también se han medido en otras cinco finales en la última década. La de la FA Cup de 2007, que venció el Chelsea con gol de Drogba, y cuatro en la Community Shield, con dos laureles por banda. Pero en Europa es distinto, sobre todo para el Manchester United. "Ese penalti es un fallo que me perseguirá toda la vida", conviene Terry. Mañana puede empezar a redimirse.
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