Drenthe y Kiko liquidan a la Real
El Hércules se reivindica y mete al equipo donostiarra en apuros
Drenthe no es un tipo fácil de llevar, y que además encajó de la peor manera posible su cesión del Madrid al Hércules, algo así como bajar de la planta noble al sótano de la Liga. Le costó acostumbrarse a la oscuridad del trastero de un equipo que, sin embargo, le esperaba como agua de mayo para encender la luz. Miroslav Djukic, el entrenador que debutaba ayer en sustitución de Esteban Vigo, está libre del pasado y apostó por el futbolista holandés a sabiendas de que en tiempo de escasez (el Hércules es colista y cada vez queda menos que repartir) un buen maitre de cocina puede salvar el restaurante con los mismos productos. Drenthe no le falló, marcó dos goles de los suyos y seguramente le desesperó en muchas ocasiones, porque durante muchos minutos jugó dos partidos a la vez: uno para él y otro consigo mismo. Los compañeros eran accesorios en el salón de té.
R. SOCIEDAD 1 - HÉRCULES 3
Real Sociedad: Bravo; Carlos Martínez, Ansotegi, Mikel González, De la Bella (Labaka, min. 28); Rivas (Ifrán, min. 73), Aranburu, Xabi Prieto, Griezmann (Sarpong, min. 73), Zurutuza; Tamudo.
Hércules: Calatayud; Juanra, Peña, Paz, Cortés; Farinós (Sendoa, min. 56), Drenthe, Abel Aguilar, Kiko (Rufete, min. 75); Portillo (Cristian, min. 84) y Valdez.
Árbitro: Velasco Carballo (Madrid). Amonestó a Tamudo, Diego Ifrán, Calatayud, Abel Aguilar, Juanra, Farinós y Kiko.
Goles: 0-1, min. 70: Portillo. 0-2, min. 84: Drenthe. 0-3, min. 89: Drenthe. 1-3, min. 90: Ifrán.
22.000 espectadores en el estadio de Anoeta.
Su velocidad, sin embargo, mató a la Real Sociedad que da unas muestras de flaqueza preocupantes. Su nivel de creatividad se refugia en las catacumbas y sus artistas, Prieto, Zurutuza y Griezmann, están en huelga de ideas caídas. Su primer disparo a puerta fue en el minuto 73, obra de Aranburu. Para entonces, el Hércules le había acorralado, le había quitado la pelota y la condición de favorito. En eso, más que Drenthe, tuvo que ver Kiko Femenía, un futbolista portentoso, que asistió a Portillo en el primer gol (el decisivo) convirtiendo la pierna en un sedal. Luego vinieron las travesuras de Drenthe hasta poner el 0-3 y romper la maldición herculana a domicilio. Y al final marcó Ifrán para estrenar su casillero. Sin más.
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