Smukulis no es Ugrumov
El letón es un rodador, lejos del escalador que le discutió a Indurain el Tour de 1994
Horas después de conseguir su primera victoria como profesional (y la 18ª de su equipo, el Htc, el mismo de Tony Martin, vencedor en la París-Niza, y Matt Goss, ganador de la Milán-San Remo), Gatis Smukulis (Riga, Letonia, 15 de abril de 1987) precisó que su único objetivo es mantener el liderato, que ahora ostenta por 28s, como mucho hasta la jornada del miércoles, hasta la montaña pirenaica, la etapa que decidirá La Volta con la ascensión andorrana a Pal (allí donde Igor Anton borró a Mosquera y Nibali en la última Vuelta). No hacía falta que lo dijera. Un vistazo a su palmarés como amateur y a su planta, basta para concluir rapidez que Smukulis nunca será un Piotr Ugrumov, aquel coronel del ejército soviético nacido también en Riga hace 50 años que tanto hizo sufrir a Miguel Indurain en el Giro de 1993 (ah, la alergia camino de Oropa) y en el Tour del año siguiente.
Por edad, en efecto, Ugrumov, el orgullo del ciclismo letón, podría ser su padre, pero por características, el joven Smukulis, que pasó por la escuela francesa del Ag2r tras brillar en la Ronda del Isard como amateur antes de recalar en la multinacional del Htc, nunca podrá ser un escalador. De entrada, Smukulis mide 1,88 metros, los mismos que Indurain, es verdad, pero pesa 85 kilos, demasiados para ascender un puerto a buen ritmo. Y, además, emocionalmente Smukulis se siente más ligado a las clásicas del pavés que a las carreras en que la montaña decide el resultado. "La Volta me servirá para afinar mi puesta a punto de cara al Tour de Flandes y la París-Roubaix", dijo Smukulis. Evidentemente, no es casualidad que su mejor triunfo como amateur fuera la victoria en el Tour de Flandes promesas en 2008, cuando aún no había cumplido los 21.
No deberán, pues, temblar los aficionados que esperan que el ganador de la Volta en una semana sin bonificaciones ni contrarreloj, como recordaba Bjarne Riis, el director de Contador, salga el miércoles en Pal de entre Contador, Evans, Basso, Scarponi o Anton, la mezcla de ambiciosos hombres-Tour, escaladores de clase y ciclistas en forma, el grupo que da sentido a la Volta del Centenario.
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