Stoner le da al acelerador
Lorenzo, solo contra el poder de Honda, se cuela en el segundo puesto
Dicen que Stoner tiene una sensibilidad innata. Que nota cómo respiran sus motos cuando se monta en ellas, que percibe cualquier mínima anomalía que el ojo no puede ver: un tubo de escape en mal estado, un motor que agota su vida útil, lo que sea. Cuentan, también, que le sobra una vuelta a un circuito para conocer cada uno de sus rincones, la inclinación del trazado, si viene una curva a la izquierda o si hay un pequeño bache antes de tomar la recta, como si tuviera memoria fotográfica. Los hay quienes para simplificar, que dicen que este chico de sonrisa prominente y ojos azules, de físico delicado y sin pelos en la lengua, solo sabe abrir gas. ¡Y de qué manera!
Ha sido el único capaz de hacer de la rebelde Ducati una moto ganadora. Y nada más subirse a una Honda ha sonrojado a sus compañeros de equipo. Voló en el trazado de Losail, en la primera carrera del año, en su estreno con su nuevo equipo, como lo viene haciendo toda la pretemporada. Ha iniciado su romance con una fábrica con la que soñaba cuando era solo un niño, cuando admiraba a un compatriota, Mick Doohan. En Catar, un circuito que siempre le encantó, logró su primera victoria. Y a juzgar por cómo mira a su nueva novia, no será la única. Está alucinado con la delicadeza y facilidad con la que se desliza por la pista con su pareja de baile.
La superioridad de las Honda en este inicio de temporada es incontestable. Tras la primera prueba, cuatro motos oficiales del equipo Honda se clasificaron entre las cinco primeras. Claro que la carrera demostró que el talento también cuenta. Y que cuando se apaga el semáforo la tecnología no lo es todo. Entre ellas se coló una Yamaha. Jorge Lorenzo quiso acallar todas las dudas, si es que las había, y dio guerra desde el mismo instante en que arrancó su M1. Pronto el trío de pilotos llamados a protagonizar este campeonato, a la espera de que Valentino Rossi se pronuncie, tiró del resto. Stoner, Pedrosa y Lorenzo, para sorpresa de muchos, iniciaron una serie de adelantamientos preciosos.
Solo cuando el australiano logró ponerse en cabeza y arrebatar a su compañero de equipo la primera posición, terminó la pelea por la victoria. Stoner tenía mucho mejor ritmo que Pedrosa y se marchó, no muy lejos, pero se descolgó a unos tres segundos de Pedrosa y Lorenzo, que reeditaron un espectáculo que ya se vio en muchos circuitos del curso pasado. Además, el guión fue prácticamente el mismo: el catalán empujado por la potencia de su Honda ganaba la posición a su rival en la recta; el mallorquín, genial trincando el freno a la entrada de las curvas, ayudado por una Yamaha magnífica, estable y con un gran paso por curva, le devolvía la jugada con interiores de manual. Al final, fue Lorenzo quien se llevó el gato al agua. Arriesgó en cada vuelta. Iba al límite. Pero quería demostrarse a sí mismo que era capaz de hacerlo. Y algo cabezota es. Pedrosa, por su parte, acusó el esfuerzo físico y terminó firmando el podio.
Por detrás, Dovizioso y Simoncelli, con las otras dos Honda oficiales. Enzarzados también toda la carrera en un tuya mía que podría haber terminado de cualquier forma. La otra batalla la protagonizaron Rossi y Ben Spies, su sustituto en la fábrica japonesa de Yamaha. El estadounidense pudo con el italiano, que con un séptimo puesto no parecía del todo enfadado. Tal y como le ha ido la pretemporada, a más de 1,5 segundos de Stoner y compañía, no era un mal resultado.
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