Márquez tropieza; gana Bradl
El piloto español se cae por forzar demasiado y el alemán no encuentra resistencia
Había logrado adjudicarse el segundo mejor tiempo en su primera clasificación el día de su estreno en Moto2. Pero Marc Márquez, campeón de 125cc el año pasado, el ojito derecho del paddock, tropezó con sus propias ilusiones. Hizo una salida fatal con su nueva Suter de 600cc. Perdió nueve posiciones y en su primer paso por meta era 11º. No importa, debió pensar. Esto ya me lo sé.
El año pasado ganó la carrera en Portugal desde el pit Lane (pasillo de garajes), adelantó a todos sus rivales y asombró al mundo. Pero ayer no repetiría la hazaña. Le pudieron las ganas. A la segunda vuelta ya había adelantado a tres pilotos, el último, Julián Simón, subcampeón de la categoría el año pasado. Luego sobrepasó a Simone Corsi. Y se colocó sexto.
Quedaba un mundo por delante. Pero en su precipitación por volver a alcanzar la gloria, se dio de bruces con la realidad. Demasiada temeridad para un novato pretender adelantar a tanto piloto en tan poco tiempo. Se fue al suelo. Y cuando se levantó y comprobó que su moto ya no estaba para muchos trotes, empezó a golpearse insistentemente el casco; eran pequeños toques, como si estuviera riñéndose a sí mismo por no haber usado más el coco.
Entretanto, Stefan Bradl andaba a lo suyo. Venció la carrera desde la pole. Y nadie le hizo sombrao. Dio la campanada el alemán, de 19 años, que se apuntó la segunda victoria de su vida con una consistencia abrumadora. Tras él, un grupo con Iannone, Luthi, De Angelis y Takahashi buscaban un hueco en el podio.
El italiano y el suizo, dos de los pilotos en cabeza el año pasado, ganaron la batalla. El primer español clasificado fue Julián Simón, que tras un mal fin de semana, apenas pudo finalizar en décima posición.
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