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Columna
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Toque y ataque

La filosofía del Tottenham no cambia con los años. Cimentado en unas arcas saneadas, con una mercadotecnia que les va de cine y con el buen gusto por el fútbol, los Spurs siempre han perseguido un juego elegante, de toque y ataque. La historia dice que es un equipo ofensivo, y así lo exige la rigurosa pero vibrante grada de White Hart Line, entusiasmada por estar entre la flor y nata de Europa, un puesto que han recuperado tras muchos años en el anonimato. Es un rival peligroso, un rival incómodo para el Madrid (favorito) porque no hay jugador inglés poco competitivo. Serán, sin lugar a dudas, dos duelos durísimos, una eliminatoria que brindará por el balón.

Desde hace ya un buen tiempo que el Tottenham hace bien las cosas. Se ha remodelado el estadio, fervoroso como pocos, con un público que anima y canta durante los 90 minutos, que crea espectáculo del bueno. También son nuevas las instalaciones deportivas, fenomenales en sus prestaciones, con tantos campos de hierba, salas de vídeo, comedor, gimnasio, oficinas... Todo para volver al éxito, para dar un brinco en sus aspiraciones, con un equipo en desarrollo, como en su día hizo el Arsenal, desde que iniciara George Graham su época hasta hoy, con Wenger. La pieza fundamental del Tottenham, en cualquier caso, la que ha permitido el salto cualitativo, es Harry Redknaap, a quien voy a ir a ver el próxima día cuatro para empaparme de sus entrenamientos en Chigwell Essex, la ciudad deportiva.

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Harry es un hombre serio, que siempre ha exprimido a sus equipos hacia lo mejor. Y en el Tottenham, de ahí su mérito, ha logrado mejorar el aspecto defensivo del equipo sin restarle un ápice de su voraz apetito de ataque. Dos movimientos lo explican: a Bale, lateral hasta su llegada, lo pone de interior en muchas ocasiones porque tiene recorrido y porque es una amenaza con sus centros, carreras y remates; y a Modric, un trescuartista nato, un jugador diferente porque saca jugadas de gol desde la nada, lo pone de medio centro para dar salida a la pelota. Todo por el fútbol ofensivo. Complementan la embestida Lennon, que corre de forma explosiva y que es la mejor arma posible en el contragolpe, y Van der Vaart y Pienaar, que marcan las diferencias con el pase interior y las llegadas desde la segunda línea. Arriba juega Crouch, un arma sensacional en momentos de apuros porque baja todas las pelotas y hace jugar a los demás.

Paso a paso, el Tottenham está en una época en la que debe contratar todavía a jugadores importantes, circunstancia que no le preocupa porque su economía se lo permite. Pero ya es un señor equipo, que le puede sobresaltar al Madrid. Todo pasa por saber quién tiene la pelota. Y si el equipo de Mourinho toma la iniciativa -sería lo normal- deberán estar atentos al contragolpe. Tan fácil, tan difícil.

* Nayim (Ceuta; 1966) fue el primer jugador español en jugar en Inglaterra. Lo hizo en el Tottehman (1988-1993) de Waddle, Gascoigne y Lineker.

Nayim, después de ganar la Recopa de Europa frente al Arsenal en 1995.
Nayim, después de ganar la Recopa de Europa frente al Arsenal en 1995.REUTERS

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