Olazábal vuelve a enamorarse del golf
El campeón vasco dice que tras sus lesiones ha aprendido a querer "un poco más" a su deporte
El sol ha vuelto a salir para Chema Olazábal después de muchos oscuros nubarrones. El año 2011 ha recibido al campeón vasco, de 45 años, con varios rayos de esperanza. La capitanía europea de la Copa Ryder le ha vuelto a situar en el primer plano del golf. Y la mejora de sus eternos dolores de espalda le ha permitido volver a sentirse jugador y completar cuatro semanas seguidas de golf en los emiratos -las dos últimas pasando el corte-. Todavía, dice, no se considera golfista al cien por cien, porque sigue luchando por recuperar viejas sensaciones perdidas, pero sí al menos ha vuelto a sentir la emoción de volver a pisar un campo, golpear la bola, la ilusión de salir a competir contra los mejores.
Olazábal ha participado esta mañana en el Club de Campo Villa de Madrid en un torneo benéfico con jugadores amateurs en beneficio de la Fundación contra el Síndrome de West. Durante varios hoyos, daba consejos, firmaba autógrafos y se hacía fotos. Y siempre con una sonrisa. "Siempre he sido bastante exigente consigo mismo, y después de cuatro semanas en los emiratos, he terminado queriendo un poco más al golf", ha contado hoy. En el último torneo, en Dubái, fue 15º (en Catar acabó el 63º, en Bahréin el 68º y el Abu Dabi, el primero de todos, el 96º; es decir, ha mejorado el resultado en cada torneo).
Olazábal ha vuelto, y en el panorama más cercano aparece su querido Masters de Augusta, la primera semana de abril. Antes quiere participar en el torneo de Arnold Palmer, si recibe la invitación, o en caso contrario en el Open de Andalucía, junto a Miguel Ángel Jiménez, otro veterano (47 años) cuya salud y buen momento de forma han animado a Olazábal a volver a la carga. "Ver a Miguel jugar así, con esa alegría, me da moral", cuenta Olazábal. "Ser capitán de la Ryder me llena de orgullo y responsabilidad, pero yo todavía quiero jugar, sentirme golfista, darme incluso una oportunidad de ganar", cuenta el jugador, más expansivo que en los últimos meses: "Antes estaba más centrado en competir, en recuperarme. Creas una pequeña barrera para marcar un límite y asegurarte de que llega a ti la gente que quieres y no otra", dice.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.