Demasiado miedo en el Molinón
Sporting y Zaragoza, muy conservadores
Prohibido perder. Esa parecía la consigna de dos equipos que, como otros muchos, están en el alambre de Primera. El Sporting hizo más por llevarse la victoria e incluso marcó un gol en el tramo final, anulado correctamente por fuera de juego de Carmelo. El Zaragoza puede darse con un canto en los dientes con el empate porque fue un equipo muy deficiente: flojo en defensa, insustancial en el centro del campo e inexistente en ataque. Después de dos empates de prestigio, ante Barcelona y Valencia, el del Molinón fue un castigo para los gijoneses.
Al Sporting le pueden costar muy caros los cuatro puntos que se le esfumaron en los dos partidos frente al Zaragoza. En La Romareda, con 0-2 y un rival en inferioridad, los de Preciado se dejaron empatar ingenuamente. Tras un comienzo dubitativo, llevó el peso del juego y contó media docena de oportunidades. Doblas, como en la primera vuelta, resultó determinante.
SPORTING 0 - ZARAGOZA 0
Sporting: Cuéllar, Lora, Botía, Iván Hernández, José Ángel, Eguren, De las Cuevas (Ayoze m 86), André Castro (Carmelo m 75), Nacho Cases (Nacho Novo m 75), Diego Castro y Barral.
Zaragoza: Toni Doblas, Diogo, Jarosik, Contini, Paredes, Leo Ponzio, Boutahar (Braulio m 51), Gabi, Ander Herrera, Bertolo (Jorge López m 65) y Sinama Pongolle (Uche m 51).
Árbitro: Iturralde González. Mostró tarjetas amarillas a Diogo (m 23), Botía (m 48), André Castro (m 52), Lora (m 56), Ander Herrera (m 69), Paredes (m 80)
20.000 espectadores en El Molinón.
De un primer tiempo deficiente en lo futbolístico brotaron bastantes oportunidades, lo que habla muy mal de las defensas, especialmente de la del Zaragoza. Cualquier balón largo a Barral descomponía la última línea aragonesa, con dos centrales rígidos como vigas y laterales incapaces incluso de encimar a jugadores tan habilidosos como De las Cuevas y Diego Castro.
Barral desperdició todas las ocasiones que le facilitó la blandura rival. El delantero andaluz anda con la autoestima por las nubes tras sus últimos goles, especialmente el que logró frente al Barcelona, y a menudo se obceca en buscar la jugada personal. Doblas replicó a sus remates y en la más clara, tras dejar con el molde a Jarosik, disparó muy desviado.
La segunda parte se jugó en una sola dirección, pese a que Aguirre metió a dos delanteros de un golpe. Braulio y Uche no tuvieron nada que hacer porque sus compañeros se acularon en su área. Allí se defendieron como buenamente pudieron, hasta alcanzar con el pitido final un punto.
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