"Estoy disfrutando en una Liga mucho más física"
Raúl mide con el Schalke a un Valencia que ha cambiado de alineación en cada uno de los 29 partidos disputados este curso
Un escalofrío de excitación recorrió la columna vertebral de Félix Magath, el rudo entrenador del Schalke, cuando su equipo aterrizó ayer en el aeropuerto de Manises. "Raúl es un ídolo nacional en España. Recibe otra atención que en Alemania. Eso le da un cosquilleo especial", declaró el técnico de origen puertorriqueño, ferviente admirador del exmadridista, "un ejemplo de entrega y disciplina táctica", que ha intervenido además en seis de los últimos ocho goles de su conjunto. Ayer volvía a España, ocho meses después de irse, para medir a un Valencia camaleónico, que ha mudado la piel tantas veces como ha disputado la 'Champions' (seis) y la Liga (23) en la presente campaña. Una alineación distinta para cada encuentro y, a menudo, un sistema distinto que lo hacen inidentificable.
A la espera de si Mata se recupera o no a tiempo de una lesión de tobillo, Banega tratará otra vez de dar vuelo estético a un Valencia más bendecido por los resultados que por el juego en las últimas fechas. La victoria del sábado (1-2) sobre el Atlético en el Calderón despierta, por ejemplo, sensaciones contradictorias entre la hinchada: la satisfacción por el triunfo y el tercer puesto en la clasificación mezclada con el desapego de un equipo sin una personalidad acusada.
A Magath le entusiasmó la presencia de aficionados en el aeropuerto con la intención de homenajear al antiguo 7 del Bernabéu. Camisetas con su nombre del Madrid, el Schalke y la selección española, así como un capote alusivo a algunas de sus celebraciones, festejaron el regreso a España del máximo goleador de la historia de las competiciones europeas, junto al italiano Inzaghi, ambos con 70 tantos. Vendidas ayer 42.500 localidades, 2.700 de las cuales para seguidores germanos, el estadio valencianista ofrecerá el aspecto de las grandes ocasiones.
"Mestalla se me suele dar bien", declaró Raúl, siempre afilado cuando se ha enfrentado al Valencia, uno de sus adversarios preferidos, como en la final de la 'Champions' de 2000, en París, cuando regateó a su amigo Cañizares y marcó el 3-0 de la victoria madridista, de la octava Copa de Europa de los blancos.
Tras un periodo difícil de adaptación, Raúl, de 33 años, ha acabado siendo Raúl, el máximo goleador del Schalke, con 10 goles en 19 partidos y dos asistencias en la Bundesliga, además de otros dos tantos en la Liga de Campeones, se ha adornado con sendos tripletes ante el Colonia y el Werder Bremen y se ha aliado con el juego de Jurado y del peruano Farfán, puesto que Huntelaar se ha quedado seco. No obstante, la mejoría del Schalke se centra en la defensa, más compacta que al principio.
"Me estoy divirtiendo y disfrutando", dijo Raúl, acostumbrado a soportar la presión de ser la bandera del Madrid durante 16 temporadas. Eligió la Bundesliga para cambiar de aires. Un torneo "mucho más competitivo que el español, en el que el último puede ganar tranquilamente al primero, y mucho más físico". "Estoy conociendo otros métodos de entrenamiento y otras formas de jugar. Intento coger todo lo bueno y, mientras el cuerpo aguante, disfrutaré de una Liga que me está dando muchas satisfacciones", añadió.
Alejado de la proletaria Gelsenkirchen, Raúl y su familia han preferido instalarse en Düsseldorf, una de ciudades más opulentas de Alemania. Raúl acude a clases de alemán y ha inscrito a sus hijos en un colegio internacional en el que los niños no saben a qué se dedica su padre. "Düsseldorf tiene mucho que ofrecer. El otro día fui a un partido de hockey con mis hijos", contó Raúl, empapado de lo que podía encontrarse en Alemania gracias a su compañero Metzelder, con quien coincidió en el Madrid, que le explicó, a su vez, qué significa el Schalke, uno de los clubes con más seguidores del país. "El Veltins Arena es un lugar magnífico para jugar. Me impresiona el ambiente. Los aficionados celebran una fiesta en cada partido", concluyó el mito madridista.
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