"Sufrimos en los entrenamientos"
Jurado, mediocentro español del Schalke, explica la dureza de los métodos de Magath
¿Qué hace un tipo como tú en un lugar como ese? Así, a bote pronto, resulta difícil imaginarse a José Manuel Jurado (Sanlúcar de Barrameda, Cádiz; 24 años) en el Schalke 04, que mañana visita al Valencia en los octavos de la Liga de Campeones. Más que nada por sus características, mediocampista de clase, muy goloso con el balón, en un equipo diseñado por Felix Magath para correr y correr hasta el día del Juicio Final. "Habría que preguntárselo a él. Fue de un día para otro", replica Jurado cuando se le inquiere, haciendo notar que todos los fichajes del club de la cuenca minera del Ruhr, 40 en 19 meses, han tenido el consentimiento de Magath, entrenador y director deportivo.
Magath cultiva fama de duro. Y sus entrenamientos pueden llegar a ser algo parecido a una tortura. "En algunos se sufre bastante. Lo principal es trabajar la resistencia, no parar de correr, arriba y abajo, todo el partido. Un día nos hizo entrenarnos sin guantes ni gorros a cuatro grados bajo cero porque habíamos perdido contra el Kaiserslautern", recuerda Jurado. ¿Pega muchas broncas? "De vez en cuando le gusta gritar, pero no entiendo lo que dice".
"Un día nos hizo entrenarnos sin guantes ni gorros a cuatro bajo cero"
"Raúl no es líder porque no habla alemán, pero le respetan mucho"
A pesar de sus orígenes puertorriqueños, el técnico del Schalke no habla en castellano con sus jugadores hispanos. Mantiene, eso sí, una muy buena relación con Raúl, que no es el líder del equipo, como lo fue tantos años en el Madrid, "porque no habla alemán", explica Jurado; pero sí "se nota su presencia y le respetan mucho".
Puesto que Gelsenkirchen no es una ciudad atractiva, Jurado vive con su esposa en Düsseldorf, a 60 kilómetros, tratando de acostumbrarse al horario de las comidas -"eso de cenar a las siete..."- y acudiendo a clases de alemán junto a Raúl: "Ya entiendo palabras sueltas, aunque algunas son muy largas e impronunciables".
Con cuatro goles en la mochila, Jurado explica que el Schalke juega al fútbol con un estilo "más físico, de ida y vuelta". "Empezamos muy mal, y ahora estamos a mitad de la tabla. Nos hemos hecho más compactos, es muy difícil que nos hagan un gol. El portero Neuer es muy bueno". Pero para jugar la pelota, ¿con quién cuenta? "Con Raúl y Farfán", responde, ahora que Rakitic, otro de los creativos, se fue al Sevilla. "No nos podemos comparar con el Madrid o el Barça, nuestro nivel es más como el del Atlético".
En el Calderón, precisamente, pasó tres temporadas: en la primera Javier Aguirre le hizo debutar en Primera con 19 años, en la segunda entendió que no participaba lo suficiente y emigró prestado al Mallorca. Allí se salió. "Manzano apostó por mí. Me puso todos los partidos y me enseñó que la paciencia en el fútbol también vale, y que todo está en la mente. Me puso de media punta para hacer lo que me gusta: encarar, regatear, dar el último pase y marcar". Volvió al Atlético en la campaña de los dos títulos y se le acusó de intermitente, inconstante, irregular. ¿Lo es? "Lo reconozco. Hasta ahora lo he sido, e intentaré tapar bocas. Me quemó quedarme en el banquillo en las tres finales: la Liga Europa, la Copa del Rey y la Supercopa de Europa. Jugué en las tres, pero no desde el principio". Aun así, no le guarda rencor a Quique Flores: "Me enseñó a quedarme con la pelota".
El Atlético pagó por él tres millones de euros al Madrid, "que siempre cierra las puertas a la cantera". Estuvo tres años en el Castilla después de haber pasado por las divisiones inferiores desde los 14 años. Internacional en todas las categorías hasta la sub 21, Jurado recuerda la primera convocatoria de la selección. Lo llamó Juan Santisteban y él telefoneó a sus padres para anunciárselo de vuelta a la residencia en la que vivía, en Villafranca del Castillo. Tenía 15 años. En la selección formó una magnífica sociedad con David Silva, entonces en el Valencia, en un combinado del que también formó parte Sergio Sánchez, el defensa del Sevilla que acaba de volver a jugar tras superar unas dolencias en el corazón. "Envidio a Silva porque lleva muchos partidos con la absoluta, la Eurocopa y el Mundial. Y me alegro del regreso de Sergio Sánchez".
¿Y la infancia? "Muy buena y cortita. Disfrutaba mucho jugando y entrenándome. A los ocho años empecé en el Club Deportivo Sanlúcar. Y a los 14 me fui a Madrid", cuenta Jurado. Un chavalito que cambió el pueblo por Madrid. Y la gran ciudad por un equipo germano con métodos de entrenamiento de otros tiempos.
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