Fútbol, póquer en Las Bahamas... y Swing del Golfo

¿Qué ha hecho Sergio García durante los últimos cinco meses? ¿Qué ha hecho para ocupar todo este tiempo sin golf, alejado de los campos por propia voluntad porque ya no se divertía jugando? Entre otras cosas, jugar ocho minutos como extremo en un partido del grupo sexto de Tercera División entre el Ribarroja y el Borriol, el equipo del que es presidente. Era algo que le hacía ilusión desde hace tiempo, así que en septiembre pasado dejó el palco y bajó al césped. Su equipo perdió por 0-1, pero a él le valió para matar el gusanillo. Fue una de esas cosas que el jugador castellonense ha hecho para apartar la mente del golf, de todos sus problemas, de todos sus malos resultados. También disputó un campeonato de póquer en Las Bahamas, y utilizó la técnica de relajación oriental de la sofrología en Castellón. Todo para reinventarse.

Sergio García se apartó momentáneamente del golf en agosto pasado. Había acabado la temporada de los grandes sin ilusión ni resultados: 45º en el Masters, 22º en el Open de Estados Unidos, 14º en el Abierto Británico y fuera del corte en el Campeonato de la PGA, cuando dijo basta. Después de aquel torneo volvió a repetir un discurso que sonaba a viejo: "No me divierto, no disfruto, solo quiero acabar la temporada y plantearme luego el futuro". La solución fue dejar de lado la bolsa de palos hasta nuevo aviso. Solo apareció por un campo en la Copa Ryder, en Gales, cuando ejerció de vicecapitán en el triunfo europeo.

Su carrera ha enfilado una cuesta abajo de la que ahora trata de resurgir. El Niño, que acaba de cumplir 31 años, no gana un torneo desde noviembre de 2008 y en la clasificación mundial (en la que fue número dos y tuvo opciones de ser el número uno) se ha desplomado hasta el puesto 80: es el tercer español, tras Jiménez (24) y Álvaro Quirós (49).

Ahora vuelve a intentar recuperar la ilusión. Desde mañana juega el segundo torneo del Swing del Golfo, la gira de cuatro competiciones que se disputa en los Emiratos Árabes. Sergio disputará su primer torneo en cinco meses en Bahréin, junto a otros 10 españoles. "Confío en disfrutar, ese es el primer objetivo, lo demás llegará solo. Si logro divertirme y hacer lo que sé que soy capaz, vamos por buen camino. Sé que debo ser paciente y esperar que salgan las cosas. Si no, a seguir trabajando. Decidí dejar de jugar porque no lo hacía como quería y era muy frustrante", explicó en Bahréin. "Necesitaba desconectar y ahora tengo muchas ilusiones. Todos hemos pasado por algún bache. De repente te ves perdido y deber tratar de encontrar de nuevo tu lugar, ser tú mismo otra vez. Ahora me siento con más ganas. De todas las experiencias se extraen consecuencias y yo he aprendido la lección. Aprender de los errores te sirve para hacerte más fuerte y ser mejor persona".