"Ojalá repitamos lo de Túnez"
Juanín García, uno de los supervivientes del Oro de 2005, asegura que este grupo se ha ganado el respeto de los demás equipos
La historia del balonmano español está marcada por la única medalla de Oro que ha conseguido la selección. En 2005, con un Juan Carlos Pastor que acababa de hacerse cargo de la selección, España consiguió lo que nunca hasta entonces había logrado: ser campeón del Mundo. Curiosamente, se habían conseguido medallas tanto en los Europeos como en los JJOO, pero en el palmarés español no figuraba ninguna de oro y ninguna mundialista. Así que aquel año hubo una explosión, que marcó un antes y un después y que llevó a la selección española a figurar ya entre las grandes del balonmano mundial.
Juanín García estaba allí. No había participado en la primera semifinal que España jugó en el Mundial de Egipto en 1999, pero sí en las segunda en 2003 en Portugal. Ambas veces se perdió y la selección quedó relegada finalmente a la cuarta posición. Ahora, España vuelve a estar en unas semifinales mundialistas, con un grupo bastante renovado, pero con la ilusión intacta de volver a colgarse el metal más preciado. "Ojalá repitamos lo de Túnez", exclama el extremo izquierdo del equipo de Valero Rivera. "Lo que conseguimos aquel año 2005 fue algo muy grande. Íbamos con una selección nueva, con un nuevo entrenador y con unos esquemas de juego innovadores. No sabíamos qué podía ocurrir, pero no pensábamos que podíamos ganar el título. Fuimos poco a poco, pensando en cada partido. Y nos plantamos en las semifinales contra Túnez y en la final ante Croacia. Y ahí ofrecimos lo mejor. Les ganamos a todos. Los recuerdos son imborrables".
Del 2005, quedan todavía algunos jugadores: José Javier Hombrados, Alberto y Raúl Entrerríos, Albert Rocas, Rubén Garabaya, Juanín, Iker Romero y Chema Rodríguez. Son la base de la selección de Rivera. Pero a ellos se les han sumado otros jugadores que se han convertido también en fundamentales: Aguinagade, Parrondo, Cañellas, Morros, Ugalde, Maqueda, Gurbindo y, especialmente, el portero de origen serbio Arpad Sterbik. "Es otro grupo", reconoce Juanín. "Sin embargo, creo que tenemos un potencial enorme y que no podemos quedarnos con la alegría, la satisfacción y la emoción de habernos clasificado para las semifinales. Tenemos que hacer un último esfuerzo para poner un buen punto y final, alcanzando la final o al menos el Bronce".
España comenzó con titubeos el Mundial de Suecia, pero se fue afianzando a medida que avanzaba en la primera fase. "El partido contra Alemania fue crucial, porque allí nos dimos cuenta de lo que podíamos hacer", explica Juanín. "Ya lo sabíamos, porque durante la fase de preparación habíamos alcanzado niveles de juego muy buenos. Pero nos costó entrar en el Mundial. Luego, en cambio, fuimos claramente a más. La remontada ante Francia elevó nuestro listón . Cogimos confianza. Y afrontamos la segunda fase con una mentalidad mucho más fuerte".
Frente a Noruega, España ganó con solvencia. Pero contra Islandia, el rival más difícil de la segunda fase, la selección jugó una primera parte de ensueño. "Estuvimos increíblemente bien. Hicimos una defensa excelente, nos anticipábamos a ellos, les cortábamos el pase, no les dejábamos pensar ni moverse. Fue impresionante. Y no tenían opciones, porque Sterbik frenaba cualquier disparo. Y todo eso nos permitió lanzar contraataques y consolidar el ataque".
Tras la victoria, la euforia lo invadió todo y se corría el peligro de pensar que el objetivo ya estaba cubierto. "Creo que cogimos mucha confianza y que ahora afrontaremos de forma distinta los partidos que nos quedan. Pero no podemos permitir que la euforia nos haga olvidar lo que todavía nos queda. Hay que ir partido a partido, con humildad. Sabiendo que tenemos calidad para ganar a cualquier equipo[que al fina será Dinamarca]. Da lo mismo. Y que lo de Túnez cada vez está menos lejos".
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