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BALONMANO | MUNDIAL DE SUECIA

Francia, Croacia y Dinamarca muestran su poderío

La primera jornada mostró la mejor cara de algunos equipos y las dudas que todavía embargan a España.- La pésima organización de Kristianstad no tuvo preparada el acta del partido España-Bahrein hasta después del descanso

Una nevada como la que ayer por la noche cayó en la zona de Kristianstad hubiera causado un caos notable en la geografía española. Sin embargo, en Suecia todo el mundo sabe cómo desenvolverse en estas circunstancias y las máquinas quitanieves actúan a toda velocidad. En cambio, lo que fueron incapaces de resolver los suecos fueron los problemas de organización propios de un Campeonato del Mundo de balonmano. Al margen de la poca calidad de los hoteles en los que se ha instalado a los equipos, el segundo entrenador del equipo español, Manolo Montoya, no obtuvo el acta inicial del partido hasta superado ya el descanso. Y lo mismo ocurrió con los medios de comunicación, a los que les proporcionaron una lista de la selección de Bahrein con todos los dorsales equivocados.

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La falta de comunicación entre las distintas sedes fue otro de los problemas que debieron afrontarse. En Kristianstad, al menos, no había información de ninguno de los partidos de los demás grupos. Entrada ya la noche en la webb del Mundial pudieron encontrarse las estadísticas de todos los partidos. Y fue entonces cuando pudo comprobarse que la primera jornada del Mundial de Suecia había mostrado ya la mejor cara de algunos de los equipos favoritos, como Francia, Croacia y Polonia, y había permitido constatar cómo en otras selecciones como las de España y Alemania persisten aún algunas dudas.

Francia tuvo problemas con Túnez hasta que emergió con toda su fuerza la figura del mejor jugador del mundo, Nikola Karabatic. El director del equipo francés fue un auténtico torbellino que revolucionó el partido, penetró hasta los seis metros con una fuerza incontenible y defendió como un jabato, hasta el punto de que fue descalificado con roja directa por una dura entrada. Después, Túnez, mermada de uno de sus mejores hombres, el lateral Hamam, tomó conciencia de su estado real y acusó también la preocupación de todos sus jugadores por la situación de caos y terror que se está viviendo en su propio país. Paralelamente, tanto Croacia como Dinamarca ganaban con solvencia a sus respectivos rivales, Rumanía y Australia, y lo mismo hacías Islandia, Noruega, Polonia y Suecia, sin dar opciones a sus rivales.

Tampoco España dio ninguna opción a Bahrein. Le ganó con claridad, pero el equipo mostró excesivas dudas todavía en varios aspectos. Valero Rivera cambió la defensa en varias ocasiones y pasó del 6-0 al 5-1 más para preparar duelos futuros que buscando una efectividad que tampoco le hacía falta. Pero hubo momentos en que los atacantes de Bahrein marcaban con excesiva facilidad. Tampoco los porteros estuvieron acertados. Y en ataque el equipo acusó la tensión propia de entrar en una gran competición: pérdidas de balón, demasiadas prisas por resolver, lanzamientos forzados. Igual le ocurrió a Alemania ante Egipto, que no resolvió el partido hasta entrado el segundo tiempo.

El balance para España fue, sin embargo, positivo porque, pese a sus dudas, resolvió el partido sin ningún problema como se le exigía. Dos jugadores salieron tocados: Albert Rocas, con un esguince de segundo grado en el tobillo derecho, y Christian Ugalde, con una contractura cervical. "Pero no tienen importancia. Los dos podrán disputar el próximo partido", concluyó José Antonio Gutiérrez, el doctor de la selección. España se enfrentará mañana a Túnez. Y ahí debe mostrar ya una mejor cara y ahogar definitivamente sus dudas.

El francés Xavier Barachet se duele en el suelo durante el partido contra Túnez.
El francés Xavier Barachet se duele en el suelo durante el partido contra Túnez.AFP

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