Los ultras contra la Italia multiétnica
Los insultos racistas a Balotelli en el partido de la azzurra avivan la polémica
Italia se enfrentó anoche a Rumanía en un amistoso en Austria. El brazalete de capitán lo llevaba Giuseppe Rossi, nacido en Estados Unidos. Mario Balotelli, nacido en Palermo de padres ghaneses, llevaba el dorsal 10, el mismo que lució en su día Roberto Baggio. Y Cristian Ledesma, argentino casado con una italiana, hacía se debut. A algunos ultras, sin embargo, no les gusta nada esta Italia multiétnica.
Poco después del descanso, un centenar de ultras de derecha colgaron esta pancarta: "No a la Italia multiétnica". Los responsables de seguridad del estadio de Klagenfurt la retiraron a los pocos minutos. 41 ultras ya han sido identificados y denunciados por la policía, y uno de ellos fue arrestado anoche por propinar un cabezazo a un responsable de seguridad. Era su forma de protestar contra la convocatoria en la selección azzurra de Cristian Ledesma, pero sobre todo de Mario Balotelli.
Aun sin pancarta, Balotelli no se salvó de los gritos racistas de siempre. Cada pelota que tocaba iba acompañada por el 'buuuuuuuu' y por el "no existen negros italianos". Ya durante el himno de Mameli, los ultras empezaron a hacer el saludo romano. Y eso que era un amistoso. Y eso que antes del encuentro las dos federaciones se habían solidarizado contra el racismo y la intolerancia [los rom, comunidad de gitanos rumanos, ha sufrido muchos episodios de violencia y racismo en Italia].
Al final del partido, Balotelli, delantero de 20 años del Manchester City, dijo que no suspender el encuentro había sido la mejor decisión. "No se puede parar un partido por culpa de unos pocos. Yo estoy feliz porque estoy en la selección", comentó. A pie de campo, a los micrófonos de la RAI dijo: "Se tendrán que resignar porque la Italia multiétnica ya existe. La verdad es que yo ya no sé qué pensar, igual han venido a propósito porque no tenían la tele en casa". Cesare Prandelli, el seleccionador, mimó a su delantero: Abrazaremos todos a Mario porque es mentira eso de que los insultos se van sin dejar huella".
No es la primera vez que el ariete italiano es víctima de gritos racistas. En su paso por el calcio era pitado en casi todos los estadios. El pasado mes de enero en el campo del Chievo hasta fue multado con 7.000 euros por aplaudir irónicamente a los hinchas que le dedicaron cantos racistas. Al salir del campo se desahogó a los micrófonos de Sky: "El público de Verona me da cada vez más asco". El juez deportivo justificó la multa por "haber provocado al público aplaudiendo repetidamente". Dos semanas después el juez, en cambio, cerró el fondo de los Ultras de la Juve. Siempre por racismo. Por cantar "no hay negros italianos".
Balotelli dejó el Inter en verano y se fue al Manchester City. Ahora es Samuel Eto'o el que tiene que escuchar los 'buuuuuuu'. Hasta que aparezca un árbitro como el del Cagliari-Inter que, a mediados de octubre, detuvo el partido tres minutos por los insultos al camerunés.
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