Fuenteovejuna en San Mamés

Como en las grandes citas, Athletic y Alcorcón acuden al partido de vuelta de los dieciseisavos de final de la Copa del Rey con toda la artillería. Extraña, pero es así. Caparrós ha convocado a todos los disponibles y el Alcorcón viaja con 22 futbolistas. Parecería una cita suprema, pero tiene más que ver con la sístole y la diástole de la Copa. Para el Athletic, la Copa anima su corazón, lo revoluciona entendiendo que es la competición a la que puede aspirar, descartado el resto de campeonatos por razones obvias. Para el Alcorcón, el viaje a Bilbao es un puntazo para sus futbolistas: no siempre se puede jugar en San Mamés y además albergando la posibilidad de dar un susto en un santuario futbolístico. El Athletic ganó 0-1 en Madrid lo que a priori no garantiza nada y la Copa es para muchos equipos la Casa del Terror.

El Real Unión cumple el trámite en Sevilla tras la rotunda derrota en Irún (0-4)

Así que, por unas y otras razones, el partido de hoy, a hora inhóspita (22.00), tiene el trazo de los grandes acontecimientos con cada cual representando su personaje que para eso las jornadas previas son para prevenir a los tuyos más que disuadir a los contrarios.

Quizás por eso Caparrós, fiel a su estilo, anunció ayer que el peor enemigo del Athletic es "pensar que lo tiene todo hecho" porque "no conozco a ningún profesional que venga a pasear, que venga de turismo", afirmó refiriéndose al Alcorcón. "Todos quieren, por encima de todo, ganar", afirmó.

Así que todos los disponibles al tajo, sin que revele si apelará a las rotaciones o seguirá apostando a su equipo base. Caparrós tiene la Copa del Rey en el entrecejo rojiblanco. Sabe que es la competición fetiche y la única que puede alcanzar, con lo que las probaturas serán las justas sin que se desequilibre el andamio del equipo.

Lo que está claro es que jugará Iraizoz, al que la suplencia, tras los errores de Villareal, le significaría algo parecido al cadalso de la afición. El Athletic quiere pasar la página del Alcorcón a la mayor brevedad posible, ahorrándose el mayor esfuerzo.

A quien le toca laborar en demasía es a la Real Sociedad que debe levantar un 2-3 adverso ante el Almería de Lillo y romper su mala racha en la Copa del Rey. A la Real le cuesta superar la primera ronda donde ha caído con equipos de distinta enjundia. No lo tendrá fácil en Almería, donde el equipo de Juanma Lillo gestiona una ventaja importante ante un rival que fuera de casa maneja con dificultad la capacidad ofensiva respecto a la guarnición defensiva. Un gol del Almería le condenaría de antemano.

Lasarte, en cualquier caso, ha apostado por la juventud y se lleva a tres futbolistas del Sanse: el portero Ramírez, el defensa Cadamuro y el centrocampista Illarramendi. Lasarte no oculta sus intenciones: es un partido importante, "pero tenemos que pensar también en el que jugamos el domingo ante el Hércules", afirmó ayer. El técnico uruguayo sabe que la Copa tiene su glamour pero sabe que el Hércules es un rival de su Liga particular ante el que no se puede fallar. Congeniar objetivos es el objetivo.

Algo que no le sucede al Real Unión que hoy visita Sevilla sin más interés que disfrutar del Sánchez Pizjuán y hacer un poco de turismo tras el 0-4 del partido de ida. Las historias no siempre se repiten y al Real Unión la suerte le sonrió con el Real Madrid, no ahora.

Mañana será el turno del Portugalete que arrancó un meritorio empate en el partido de ida (1-1) ante el Getafe que le anima el corazón, a sabiendas de que la empresa es casi imposible para un rival de Tercera División frente a otro de Primera. Pero sabe que cosas más raras han pasado.